Dos empresas en problemas por la crisis y un grave conflicto gremial

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Dos empresas grandes que operan en el país enfrentan severos problemas. Una es Cementos Avellaneda, una de las principales cementeras del país, que hace frente a un conflicto gremial con la Asociación Obrero Minera (AOMA), que la semana pasada hizo una medida de fuerza en su planta de Olavarría. Para la empresa, se trató de una decisión “irracional” por parte del sindicato. Además, acusó al secretario general de la seccional Olavarría, Alejandro “Cala” Santillán, de “mentir” y “someter” al resto del personal a una “situación extorsiva”.

La reacción de AOMA se debió a la finalización de seis contratos dentro de la empresa. A través de un comunicado, Cementos Avellaneda desmintió “enfáticamente que exista una reestructuración o un recorte de personal en curso”. En ese documento, fue que calificó a la protesta como “irracional”, al advertir que pone en riesgo la normal operación de la fábrica y la estabilidad de las fuentes de trabajo. La planta emplea a algo más de 400 personas en forma directa.

Según informó Cementos Avellaneda, controlada por la catalana Cementos Molins y la brasileña Votorantim Cimentos, el conflicto se originó en el sector de despacho, tras la puesta en marcha de una nueva línea operativa para cumplir con el cambio de bolsas de cemento de 50 a 25 kilos.

Por su parte, Andresito, una de las yerbateras más populares en el mercado, anunció que debe suspender la cadena de pagos por falta de liquidez.

Se trata de una de las empresas afectadas por la desregulación del sector yerbatero hace dos años.

En una carta enviada a los socios, las cooperativa dijo que “debido a la situación económica actual, se encuentra en una posición financiera compleja”.

La entidad explicó que “lamentablemente no se podrán efectuar pagos hasta nuevo aviso”, en la carta firmada por el titular de la cooperativa, Juan Carlos Amann.

 

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