La Ciudad ya tiene el nuevo Código de Ordenamiento Urbano

Lo aprobó el Concejo por 22 votos positivos y solo uno en contra. Cambia los topes de las alturas de los edificios y sus dimensiones

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Por LAURA ROMOLI

El nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, que en esta etapa constituye una reforma del Código de Ordenamiento Urbano (COU) y regula, fundamentalmente, alturas y dimensiones de las construcciones, fue sancionado ayer por el Concejo Deliberante local, por 22 votos a favor y uno en contra.

El proyecto de Julio Alak que había obtenido dictamen de la comisión de Planeamiento el miércoles pasado, fue votado por los 10 ediles de Unión por la Patria (UP); los tres del PRO-JxC, los dos del PRO-Vecinal; los cuatro de la UCR; el monobloque de Asap y dos de La Libertad Avanza (LLA). Mientras que la libertaria Florencia Barcia se ausentó de la sesión, la concejal Belén Muñoz, también del bloque violeta, fue la única que votó en contra de la nueva norma.

El expediente fue el primer punto de la sesión, última ordinaria con la actual composición del cuerpo, ya que la semana que viene se producirá el recambio legislativo, conforme al resultado de las elecciones del 7 de septiembre pasado. Tras la votación del plan, que expone el aspecto conceptual del ordenamiento urbano, y los 48 artículos del COU y sus anexos, el debate comenzó con la exposición de la presidenta de la comisión de Planeamiento, la peronista Cintia Mansilla, que agradeció “el trabajo en conjunto para planificar la Ciudad y frenar su crecimiento desordenado” y remarcó la incorporación de modificaciones que sufrió el proyecto, aunque en la mayoría fueron de forma. Al mismo tiempo, su compañero de bloque Juan Granillo Fernández, advirtió que “sin una normativa clara no podemos frenar el flagelo de que la Ciudad se haya convertido en la capital de los asentamientos”.

El presidente del bloque del PRO-JxC, Juan Manuel Martínez Garmendia, advirtió que la discusión “debe quedar abierta porque hubo voces que observaron muchas cosas”, por lo que “no debe quedar en un segundo paso del ordenamiento de la Ciudad, puede haber un tercero o cuarto, mejorando esta ordenanza a partir de cómo impacten en la realidad y podamos tener un ida y vuelta”.

Si bien la UCR votó a favor, Javier Mor Roig cuestionó que el tiempo para discutir el expediente “no fue suficiente” y que “no fueron atendidas observaciones técnicas de instituciones del Consejo de Ordenamiento Urbano Territorial (COUT), como colegios de profesionales y facultades, que cuestionaron distintos aspectos del plan”.

El edil radical puntualizó en que la nueva norma “no contempla la preexistencia de edificios altos en algunas zonas donde se fijó un nuevo tope de alturas, provocando disonancias en la morfología urbana”. Y reflexionó: “Hubo mucha discusión, pudimos modificar algunas cosas y se aspiraba a modificar muchas más”, aunque valoró que “una ciudad más compacta frenará el proceso por el que actualmente tenemos más de la mitad de los platenses sin cloacas ni agua potable”:

LA POLÉMICA

La única edil que votó en contra fue la libertaria Belén Muñoz, referenciada en el concejal electo Juan Pablo Allan, diferenciándose así del resto de su bloque. “Mi oposición es estrictamente técnica”, dijo al iniciar su alocución. “Este Código modifica cuestiones estructurales y altera a la Ciudad en múltiples dimensiones que van desde lo jurídico, lo social y lo ambiental”, completó.

Muñoz criticó que el tiempo para el análisis técnico del expediente fue “no fue el que merecía” e insistió con que “no hay coherencia entre el Código vigente y el nuevo porque no se contemplan las preexistencias” de las edificaciones y las morfologías en los barrios. Y lanzó: “Esta normativa tiene un tinte intervencionista, casi soviético. El Municipio pretende regular el mercado inmobiliario desde la Calle 12. Yo no creo que la planificación reemplace las dinámicas urbana y de la sociedad, porque la regulación del Estado, muchas veces, lo que hace es poner trabas”.

Y definió: “Cada vez que el Estado define más, avanza más, el ciudadano elige menos. Un Código moderno debe reducir la discrecionalidad, no ampliarla, generando que haya más desigualdad ante la ley”. En esta línea, se quejó de las modificaciones incorporadas por otros bloques al indicar que “no están conformes ni los colegios ni las universidades ni grupos empresarios ni vecinales”.

Antes de retirarse del recinto, terminó su discurso diciendo que “en 2027 vamos a ganar y vamos a ordenar la Ciudad”.

Con Muñoz ya ausente, Granillo Fernández rebatió que “este Código no es soviético, es un instrumento de regulación como el que usan todas las ciudades del mundo y que a 22 concejales les pareció una medida acertada”.

La presidenta de Planeamiento, Cintia Mansilla, concluyó el debate respondiendo a su par de LLA: “Yo reivindico que el Estado tenga voz en la planificación urbana. Ya vivimos las consecuencias de que el Estado no intervenga y el crecimiento urbano sea desordenado. Ya se dejó a la Ciudad librada al azar y a otros intereses y ya vimos lo que pasó”.

Juez de Faltas
El Concejo Deliberante ratificó ayer por unanimidad la designación de Nicolás Berstein a cargo del Juzgado de Faltas Nº3 de la Ciudad, que se encontraba vacante.

 

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