Hantavirus: confirman otra muerte en Santa Fe

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Una mujer de 40 años murió por hantavirus en la provincia de Santa Fe y se convirtió en la tercera víctima fatal registrada en lo que va del año. El caso fue confirmado este lunes por el Ministerio de Salud provincial y volvió a encender la alerta sanitaria por una enfermedad grave, sin vacuna disponible y con riesgo de contagio en ámbitos rurales y periurbanos.

La víctima residía en el barrio Las Casuarinas, en la localidad de Ibarlucea, a pocos kilómetros de Rosario. Falleció el 25 de diciembre en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde permanecía internada desde hacía dos días tras ingresar con un cuadro gripal acompañado por fuertes dolores musculares.

Según informaron medios locales, la mujer tenía un antecedente epidemiológico relevante: había pasado recientemente tres semanas en una cabaña de la ciudad de Victoria, en la provincia de Entre Ríos. Tras confirmarse el diagnóstico, las autoridades sanitarias activaron “acciones de control de foco” en Ibarlucea y notificaron de inmediato al gobierno entrerriano, tal como indican los protocolos vigentes.

Con este fallecimiento, ya son tres los casos mortales por hantavirus en Santa Fe durante 2025. Los dos anteriores correspondieron a personas oriundas de Rosario y de la ciudad capital de la provincia, uno de ellos menor de edad.

UN VIRUS LETAL

El hantavirus es una enfermedad viral aguda grave que se transmite al ser humano a través del ratón rural, principalmente por la inhalación de partículas virales presentes en ambientes contaminados con saliva, heces u orina de roedores. También puede producirse por contacto directo con animales infectados, vivos o muertos, o con sus secreciones. No existe una vacuna preventiva.

Ante este escenario, las autoridades sanitarias insisten en reforzar las medidas de prevención: evitar la convivencia con roedores, sellar posibles accesos a las viviendas, extremar la limpieza con soluciones desinfectantes y ventilar adecuadamente los espacios cerrados antes de habitarlos. También se recomienda especial precaución en galpones, vehículos en desuso, sistemas de ventilación y al realizar actividades al aire libre como campamentos, siempre alejados de malezas y basurales.

La detección temprana de síntomas y la prevención siguen siendo las principales herramientas para reducir el impacto de una enfermedad que, aunque poco frecuente, puede resultar letal.

 

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