La traición a Ucrania: temor a lo que pueda hacer EE UU
Edición Impresa | 5 de Diciembre de 2025 | 01:25
La reciente filtración de una conversación entre varios líderes europeos ha desatado un profundo malestar en las capitales del continente y ha encendido nuevamente la alarma sobre la imprevisibilidad de Washington en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Aunque públicamente muchos gobiernos han elogiado la nueva iniciativa de paz impulsada por la administración republicana en Estados Unidos, puertas adentro crece la desconfianza sobre las verdaderas intenciones de Donald Trump y de los negociadores que lo representan.
Según reveló Der Spiegel, durante una llamada mantenida el lunes pasado, figuras como el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz, el mandatario finlandés Alexander Stubb y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, discutieron el rumbo que podrían tomar las negociaciones entre Washington y Moscú.
La filtración sugiere que Macron habría advertido que existe “la posibilidad de que Estados Unidos traicione a Ucrania en la cuestión territorial”, señalando que no está clara la manera en que Trump pretende ofrecer garantías de seguridad a Kiev. Aunque el Elíseo negó que Macron utilizara esas palabras, la inquietud no hizo más que profundizarse.
Volodimir Zelenski, según la transcripción filtrada, reconoció “un gran peligro” en ese punto, consciente de que cualquier concesión territorial podría debilitar irremediablemente la posición ucraniana frente a Moscú. Merz, por su parte, habría sido especialmente directo al aconsejar al mandatario ucraniano ser “extremadamente cuidadoso en los próximos días”, acusando a los negociadores estadounidenses -Steve Witkoff y Jared Kushner- de “jugar juegos con ustedes y con nosotros”.
El escepticismo europeo se explica también por el contenido del plan inicial de 28 puntos que, según diversos informes, habría sido redactado por Kushner y Witkoff junto a negociadores rusos.
Entre las propuestas figuraban concesiones sumamente polémicas: la cesión de territorios adicionales a Rusia, la reducción del tamaño del ejército ucraniano y el abandono formal de la aspiración de ingresar en la OTAN. Aunque algunos de esos elementos fueron revisados posteriormente en Ginebra, el temor de que Estados Unidos esté dispuesto a sacrificar intereses europeos en favor de un acuerdo rápido persiste.
En la llamada filtrada, Stubb -considerado hoy el líder europeo con mayor afinidad con Trump- habría empleado el lenguaje más contundente, señalando que “no debemos dejar sola a Ucrania y a Volodimir con estos tipos”. Rutte, al frente de la OTAN, habría respaldado sus palabras. Sin embargo, tanto el gobierno francés como la cancillería alemana han negado la exactitud de la transcripción, recordando que la conversación era confidencial.
Pese a estas desmentidas, el mensaje que circula entre diplomáticos europeos es claro: hay un temor real de que Washington, urgido por mostrar resultados y deseoso de recomponer su relación con Moscú, termine presionando a Ucrania para aceptar un acuerdo desfavorable. En otras palabras, el fantasma de una posible traición reapareció en el corazón de Europa, que observa con inquietud cómo el principal garante de la seguridad transatlántica podría estar reconsiderando sus compromisos.
Para muchos en Bruselas, la filtración no solo evidencia las tensiones dentro del bloque de aliados, sino también la fragilidad de un proceso de negociación que podría redefinir el equilibrio estratégico del continente. Y mientras los líderes intentan mantener una imagen de unidad, el interrogante sigue abierto: ¿está realmente Ucrania protegida, o se acerca el momento en que Estados Unidos decida privilegiar sus propios intereses, aunque eso implique abandonar a su aliado más vulnerable?
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