Otra muestra más de sus problemas agravada por un grueso error arbitral

Generó un par de buenas situaciones de gol y falló en el instante clave. La tercera caída consecutiva ratifica el muy bajo nivel de jerarquía

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Otro fin de semana triste y preocupante para un equipo repleto de complicaciones. Gimnasia, aun mostrando algunas combinaciones interesantes en ataque, terminó el domingo hundido en una coyuntura donde tanto Mariano Messera como Fernando Zaniratto no pueden ser señalados como los responsables de tan frustrante actualidad.

En medio de una crisis futbolística donde no se advierte el camino de una probable solución, el equipo ratificó que, más allá de las buenas intenciones (por ejemplo el nivel que mostró Manuel Panaro) sufre por su bajísimo nivel de jerarquía individual que repercurte severamente en el funcionamiento colectivo.

Gobernado por la angustia, y limitado por su carencia de jerarquía, esta versión tripera sólo suma amarguras y profundiza el sentimiento de impotencia entre sus hinchas.

Cerrado el capítulo del entrenador Marcelo Méndez, con el interinato del inexperto Zaniratto y la gran responsabilidad para Mariano Messera de ayudar a que la comisión directiva deje de equivocarse en las decisiones futbolísticas más importantes, ni siquiera hay un candidato para el cargo de DT que entusiasme a la hinchada.

La gente está golpeada y nadie visualiza con nitidez la receta ideal para poner en marcha el proceso de recuperación.

El balance de lo realizado hasta aquí por los responsables del área fútbol profesional constituye un fracaso rotundo.

 

Echavarría falló de forma grosera en la sanción del penal que perjudicó a un Lobo sin confianza

 

DISCRETO PRIMER TIEMPO TRIPERO ARRUINADO POR PABLO ECHAVARRÍA

Gimnasia jugó un capítulo inicial sobrio, tan sólo correcto, pero se vio claramente perjudicado por un penal mal sancionado. Sólo el mediocre árbitro Pablo Echavarría interpretó sancionable el hecho de que la pelota haya pegado en el brazo derecho extentido de Gastón Suso. Sin tener en cuenta que el defensor le dio la espalda a la trayectoria de la pelota, y que además, en ningún momento su extremidad ocupó un espacio indebido, el juez se apoyó en su equivocado convencimiento para decretar una instancia quiebre en el trámite de la etapa inicial.

En ese contexto complicado el Lobo no se cayó anímicamente y emparejó las acciones gracias a la movilidad punzante de Panaro y el esfuerzo físico de todos sus hombres.

La clara oportunidad de gol que desperdició, de cabeza, Alan Sosa es sólo una muestra de las complicaciones que condicionan a un equipo al cual todo le cuesta demasiado.

DEL CASI GOLAZO DE CASTRO AL LAMENTO TAN REPETIDO

Gimnasia sólo de trae de positivo un par de buenos ataques donde le falto justeza para facturar.

El mediocampo sigue siendo terreno fértil para que el rival de turno eleve su autoestima y construya ilusiones triunfales.

Falta corte en el eje central y, muy especialmente, que aparezca una respetable cuota de gol.

El futuro no entusiasma; por el contrario, preocupa instalando una serie de pronósticos nada alentadores.

El próximo miércoles, en el compromiso por la Copa Argentina no puede volver a perder. Sus hinchas no soportarán la temprana eliminación ante un tan humilde oponente.

Desde hace rato, Gimnasia está en problemas. Y no sabe como salir de allí.

Gimnasia

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