Un quintero fracturado en medio de una brutal intrusión en Etcheverry

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Tres delincuentes encapuchados y munidos de armas de fuego, como si tuvieran todo planificado con información precisa, dieron el golpe en una zona de quintas de horticultores en las afueras de la localidad platense de Etcheverry.

Según lo dado a conocer por fuentes confiables, el ataque se produjo en un predio rural ubicado en las calles 238 y 58, cerca de las 23.30 del lunes.

Uno de esos voceros, precisó que “el denunciante se encontraba dentro del campo junto a un compañero de 25 años, luego de cargar verduras en el camión de un cliente. Y cuando se dirigían a su casa, escuchó un grito que lo estremeció”.

“CHORROS, CHORROS”

La frase que retumbó en los oídos del denunciante, reveló el mismo portavoz, fue “chorros, chorros”, que una de las víctimas lanzó a modo de advertencia.

Es que, indicó, “tres delincuentes lo increparon y buscaron ingresar al camión que se estaba cargando con mercadería. Pero el chofer del vehículo logró escapar del lugar”.

Acerca de esos intrusos, aportó que “estaban con sus rostros cubiertos y vestidos con ropa oscura”.

Decididos a lograr su propósito a cualquier precio, citó que la banda no dudó en desplegar violencia para amedrentar a sus víctimas.

”A uno de los hombres le pegaron en la boca con la culata del arma, haciéndolo caer al piso. Y aprovecharon para despojarlo de dinero en efectivo, que el damnificado no suministró el monto, además de su celular”, dio a conocer posteriormente.

Pero hubo otro momento virulento protagonizado por ese grupo de ladrones y que colmó de terror a sus víctimas.

“NO HAGAN NADA, NO GRITEN”

En tal sentido, la misma fuente reveló que “uno de los asaltantes agarró de un brazo al joven de 25 años, que estaba junto al denunciante. Enseguida, ambos escucharon la orden que en tono intimidante les impartieron: `No hagan nada, no griten´. Y lo acataron para no poner en riesgo sus vidas”.

Fue en el momento previo a que emprendieran la huida con el botín conseguido. “Se dieron a la fuga en un auto blanco, sin cola ni vidrios polarizados. Tomaron por calle 238, en sentido de circulación ascendente, y enseguida se les perdió el rastro”, reflejó.

También consignó que “uno de los hermanos trasladó al otro en su auto al hospital de Romero, por culatazos que le dieron en la cabeza y en su brazo derecho, que después los médicos constataron que estaba fracturado”. Un verdadero espanto.

 

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