“Perrhijos”, un vínculo que se acentúa al humanizar mascotas: qué dicen expertos de La Plata

Especialistas se refieren a la relación que gana terreno en jóvenes y algunas familias. Advierten por los “excesos de afecto”

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Los “perrhijos” ganan terreno entre jóvenes y familias. Según una encuesta que se conoció recientemente tres de cada cuatro argentinos considera a su mascota como un “hijo”. La nueva forma de vínculo genera beneficios y riesgos para ambas partes: humanos y animales, según plantearon profesionales platenses.

“Hay una nueva tendencia que está en aumento sobre maternar mascotas. Ahora el lugar que ocupan forma parte de lo que nosotros llamamos el sistema familiar. El problema más grande es que no manejamos el mismo lenguaje”, explicó Jesica Singerman, médica Veterinaria UNLP, especializada en Etologia canina y felina.

El dato del informe realizado por la consultora Kantar Insights marcó en 2024 que el 75 por ciento de 1.000 personas encuestadas (hombres y mujeres mayores de 18 años de todo el país y de distintos niveles socioeconómicos) reconocieron que su animal de compañía era considerado “como un hijo”.

“Rodolfo llegó un poquito antes de que nos mudemos pero sin planearlo mucho y ya hace 3 años que está con nosotros. Sabemos que es una mascota pero lo consideramos parte de la familia y una responsabilidad. También somos conscientes de que no es un humano y no lo reemplazamos como hijo, pero es una manera cariñosa de decirle”, contó Barbie, “mamá” humana de Rodolfo, un perro salchicha que comparte con su pareja.

“Es una relación muy fuerte. Rodolfo nos acompaña a todos lados, hasta de vacaciones. Sabemos que en algún momento no va a estar más, pero esperemos que eso sea en un tiempo muy lejano”, agregó Barbie.

Andrea se considera “madre” de León, un bulldog francés, y afirma: “no es que uno los humaniza. Desde mi mirada uno los tiene porque son parte de la familia el trato es ese, y más aún con el amor e incondicionalidad que te dan hasta último momento”. León recibió regalos en todas las navidades y en su cumpleaños.

“Si bien no es lo mismo que tener un hijo o una hija, claramente hay una responsabilidad sobre la vida de ese ser. Ella tiene su cama, sus chiches y hasta se va de vacaciones con nosotros. Creo que la humanización muchas veces se piensa que es entender al animal como otro ser humano y en realidad no es eso, sino si tomar conciencia de que si bien es una mascota también hay una responsabilidad del cuidado y de entender que es parte de la vida cotidiana”, remarcó Juan Pablo Martín “papá” de Tea, una perra salchicha de tres años.

Las mascotas tienen un lugar cada vez más preponderante en los hogares platenses. La Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata realizó un relevamiento en 2023 donde se supo que el 65 por ciento de los hogares tiene al menos una mascota y predominan los perros con un 47.8 por ciento.

Otra consultora (Voices) afirma el crecimiento de la presencia de mascotas en hogares: en 2023 8 de cada 10 argentinos tiene mascotas, bastante más que en 2018, cuando el 60 por ciento dijo que tenía mascotas.

Según los especialistas, los beneficios de tener una mascota de compañía son muchos, desde un factor de control para la ansiedad y estrés, hasta aprender sobre vínculos sociales e interfamiliares.

“La relación que una persona tiene con una mascota es de alta gratificación, tanto a nivel neurológico como en su psiquismo de vida vincular y le hace realmente muy bien. Por eso es recomendable y hay muchos estudios que aseguran el beneficio que trae el tener una mascota”, argumentó Juan Manuel Gregorini, psicólogo de la Región. Y agregó: “El hecho de considerarlo como una persona es un riesgo muy grande. Se lo puede cuidar como tal, pero no es un hijo. La dependencia emocional que se crea tanto de un lado como del otro termina generando desequilibrio en las dos partes. Ahí es donde no es un beneficio y se transforma en una necesidad de llenar un vacío”.

Por su parte, la médica veterinaria Singermann alertó: “El tema de darles de comer en la mesa, que duerman en la cama con nosotros, el exceso de afecto, puede generar que el animal piense que ocupa otro rol en ese sistema familiar. Entonces, puede haber en principio hiperapegos, es decir un apego súper importante de la mascota hacia el tutor y eso hace que se pueda dar una ansiedad por separación, lo que conlleva un problema mayor. Asimismo, puede pasar que cuando no quiera algo pueda responder con una agresión, ya sean ladridos, gruñidos o hasta mordidas graves”.

“El exceso de afecto puede generar que el animal ocupe otro rol en el sistema familiar”

 

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