“Drop”: una primera cita de terror
Edición Impresa | 16 de Abril de 2025 | 01:28

Uno de los grandes problemas del cine actual son los celulares: hoy, con una llamada, un mensaje, se desactivan la mitad de los malentendidos y problemas que tantas veces son disparadores para los acontecimientos. “Drop: Amenaza anónima”, uno de los estrenos del jueves, soluciona ese problema poniendo al teléfono celular en el centro del asunto.
La historia sigue a Violet, una madre viuda encarnada por Meghann Fahy (“The White Louts”), que intenta retomar su vida amorosa después de pasar varios años soltera. Está contenta: va a tener su primera cita en años con Henry, un hombre apuesto y encantador que parece ser todo lo que había estado buscando. Sin embargo, cuando llega a un exclusivo restaurante, su aparente velada romántica toma un giro inesperado y aterrador cuando comienza a recibir mensajes anónimos que le envían a su celular: son amenazas. Un misterioso encapuchado está en su casa, y le revela que su hijo y su hermana niñera están en peligro a menos que siga sus instrucciones al pie de la letra. Sino, todos sus seres queridos morirán. ¿Y qué le piden? Que mate a Henry.
Los guionistas Jillian Jacobs y Chris Roach se inspiraron vagamente en la experiencia de Olivia Sui en una cena con su pareja, el productor ejecutivo Sam Lerner y su amigo Cameron Fuller, en la que Olivia empezó a recibir memes aleatorios de “Shrek” a través de la aplicación AirDrop, de poca presencia en Argentina pero que sirve para transmitir mensajes a celulares cercanos. Eso significa que todo el mundo en el restaurante - el hermano que se tropieza con ella, el camarero cursi, el amable camarero - es sospechoso.
Ese guion lo tomó Christopher Landon, que viene de dirigir la última “Scream”. Y consiguió un thriller efectivo: “Drop” no difiere mucho de la gran cantidad de películas de terror de alto concepto y bajo presupuesto que inundan regularmente los cines. Pero se trata de una pequeña y tensa película, casi totalmente ambientada en un restaurante, con un agudo sentido de lo verosímil y lo absurdo. Sabe mantener el ritmo de la olla a presión sin pasarse de la raya. Y sabe cuando colgar el teléfono.
A medida que se desarrolla la trama, hay, naturalmente, objeciones que se podrían hacer. ¿Podría una madre, con un pistolero enmascarado ante la puerta de su hijo pequeño, fingir interés por una ensalada de pato? ¿Coincide la trampa orquestada para ella con los motivos del cerebro criminal?
Pero si “Drop” es invariablemente poco realista, es porque tiene olor a metáfora: Violet no sólo está volviendo a la piscina de las citas como madre soltera, sino que está tratando de sacudirse el trauma pasado del abuso conyugal. Tener una cita con Henry, a quien conoció a través de una aplicación, es una especie de apuesta arriesgada. ¿Salir con un desconocido conocido por Internet acabará en amor o en violencia?
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