VIDEO. El presupuesto de los platenses: el peligro de gastar más de lo que se gana

Un relevamiento privado detalló que 3 de cada 10 personas erogan más dinero de lo que cobran. Consejos para saber la gravedad de la deuda y la imposibilidad de la “trampa financiera”. Vecinos entre el achique y pagos selectivos

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El treinta por ciento de los argentinos gasta más dinero de lo que obtiene. El dato sale del informe Monitor Anual de Humor social realizado por la agencia Quiddity y parece entrar al corazón de las preocupaciones de la calle en la Ciudad, según pudo detectar este diario: están los que buscan escapar de esa realidad achicándose y quienes ya entraron en una situación de pago selectivo de boletas.

En la encuesta que relevó más de 1.000 personas mayores de 18 años, se desplegaron una gama datos que nutre la situación: el cuarenta por ciento de los consultados no tiene capacidad de ahorro y el ochenta y cinco por ciento expresó como principal deseo, recuperar cierta estabilidad económica.

Podría entenderse que el gasto por encima del salario es secuela, respuesta o síntoma de un contexto de crisis económico. Pero, también, una forma o estilo de finanzas. Para Agustín Lódola, Director del Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial de la Facultad de Economía de la UNLP, el “nivel de ingreso es un determinante fundamental para tener en cuenta cómo usar el dinero”, expresó.

 

No llego a fin de mes. Bajaron los precios de los alimentos, pero los servicios, no. Busco las ofertas, trato de achicar el gasto: no compro ropa, no salgo a comer afuera. Priorizo pagar la comida.

Cecilia Barros
Odontóloga

 

“Lo cierto es que puede haber una diferencia entre ingresos y gastos y para afrontarlo, pueden endeudarse. La tarjeta de crédito es una de las formas. Utilizar los ahorros, otra”, sumó el economista.

Pero, ¿cómo detectar si la deuda trae peligro? Según Lódola, es muy relativo establecer una regla financiera ante la particularidad de cada economía doméstica. “Hay familias que pueden estar endeudadas por mucho tiempo”, ejemplificó.

No obstante, hay algunas estimaciones a tener en cuenta: “Por ejemplo, los créditos hipotecarios. En la gran mayoría, la cuota no debe superar el 30 o el 35 por ciento de tu ingreso que, en paralelo, no debe ser menor a un monto determinado”, detalló. Otro ejemplo: “También es una discusión global. Hace algún tiempo, en Europa, se planteaba que la deuda no debía superar el 60 % del producto bruto interno (PBI). Lo mismo con las familias”.

A una escala más cercana, las personas que “adeudan un salario entero, ya tienen un problema. Ni hablar si crece a dos salarios percibidos”.

¿Qué pasa cuando la deuda crece tanto que la respuesta urgente es tomar más deuda?

Entre las opciones, se destaca la de pagar el ‘monto mínimo’ del resumen de la tarjeta de crédito, lo que evitaría el bloqueo y permitiría que siga el uso. Eso sí, los intereses que se aplican sobre la deuda se comerán ese pago. También, y a través de los bancos, se destaca el adelanto del salario próximo que, en su mayoría, son a tasa cero de interés y a través del ‘home banking’. Sin embargo, tiene un efecto rebote: el debito automática del dinero al percibir el nuevo sueldo.

 

Trabajo todo el día porque tengo que pagar cuentas. Para eso, tengo que estar todo el día trabajando. Tarjeta de crédito no tengo, sino sería peor. La plata que nos sobra, la disfrutamos día a día.

Matías
Repartidor

 

En un terreno más pantanoso, se destacan los préstamos. Uno de los acreedores es el banco, con todas sus condiciones. Otra variante, y cada vez con más injerencia en la población, son las billeteras virtuales con múltiples aristas, donde leer la letra chica (y la tasa de interés) es una tarea indispensable.

También están, como opción, las empresas de préstamos en efectivo con sus respectivas tasas de interés. Pero, “es imposible construir una trampa financiera. La tarjeta tiene un límite. La billetera virtual no debería prestarte si detecta una deuda muy grande. Todo está bajo el lente del Banco Central de la República Argentina”, manifestó Lódola.

No hay que confundir la financiación con la deuda: “Una ocurre a muy corto plazo, que te permite pagarlo inmediatamente y de forma completa; mientras que la deuda es un compromiso a largo plazo”.

Vayamos a los números. Según la encuesta mencionada, sólo el treinta por ciento gasta más de lo que tiene. Pero también exhibe que casi 9 de cada 10, anhelan la “estabilidad económica”. A eso, hay que sumarle que casi la mitad de los encuestados, manifiesta síntomas de “burn out”, un síndrome que responde al estrés laboral crónico.

Cecilia Barros, odontóloga local, describió a EL DIA su presente financiero: “Busco las ofertas y trato de achicar el gasto: no me compro ropa, no salgo a comer afuera, priorizo la comida”. María Marta Gómez, hoy desocupada, contó: “Está re difícil todo. Tengo cinco hijos. Y pagamos la luz y después todo en cuotas. Usamos la tarjeta de crédito y ya me gasté los ahorros”.

Las compras en supermercados con tarjeta de crédito subieron de 35,7% a 44,4% entre febrero del 2023 y de este año, según el Indec. Lódola sentenció: “Endeudarse no está mal pero depende para qué. Lo que está sucediendo es que la gente está usando la tarjeta de crédito para comer y no para algo no frecuente”.

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