No hay plata, versión Bolivia: Evo Morales, molesto por la inflación y emisión descontrolada de dinero

A menos de tres meses de las elecciones generales en Bolivia, el expresidente Evo Morales intensificó sus críticas al gobierno de Luis Arce, al que acusa de haber destruido el modelo económico que permitió estabilidad y crecimiento durante sus años en el poder. En una publicación reciente en su cuenta de X (anteriormente Twitter), Morales responsabilizó al Ejecutivo y al Banco Central de Bolivia por la elevada inflación, la pérdida de reservas internacionales y la devaluación del boliviano.

“La monumental impresión de dinero que está generando el Banco Central de Bolivia es la causa principal para la elevada inflación y la pérdida de reservas internacionales que vive actualmente el país y afecta a los hogares bolivianos”, escribió Morales.

Según el exmandatario, en los últimos cuatro años, la emisión monetaria ha crecido un 55%, lo que ha provocado un aumento desmedido de los precios de los productos de primera necesidad. Morales ejemplificó esta situación con aumentos drásticos como el pan (de Bs 0.50 a Bs 1), la carne (de Bs 40 a Bs 80 el kilo), el quintal de arroz (de Bs 250 a Bs 600) y el litro de aceite (de Bs 9 a Bs 25). A esto se suma un mercado paralelo del dólar que cotiza a Bs 17.5, lo que representa una devaluación del 150% respecto al tipo de cambio oficial.

Morales acusó al presidente Arce de utilizar al Banco Central para financiar el gasto corriente del Estado, calificando esta política como una “maquinita” que deteriora el poder adquisitivo de los bolivianos y genera desequilibrio macroeconómico.

“Luis Arce nunca aplicó nuestro modelo económico, por el contrario, lo terminó destruyendo al estilo de la derecha neoliberal. Con nosotros nunca faltó combustibles, dólares y siempre tuvimos precios bajos y constantes de la canasta familiar”, sostuvo Morales.

La publicación surge en medio de un clima de creciente tensión política. Morales ha denunciado ser víctima de un intento de proscripción electoral y ha movilizado a su base social en rechazo al gobierno de Arce, a quien acusa de haberse apartado del “proceso de cambio” iniciado en 2006.

El líder del MAS reafirmó su intención de “retomar el camino” del modelo que implementó durante su presidencia, basado en una fuerte presencia del Estado en la economía, nacionalización de recursos estratégicos y control de precios. “Sabemos cómo hacerlo, pero los intereses extranjeros e internos se oponen a ello”, advirtió.

Mientras tanto, el gobierno no ha respondido oficialmente a estas acusaciones, aunque ha defendido en reiteradas ocasiones sus medidas económicas como necesarias para mantener el equilibrio fiscal ante un contexto internacional adverso. No obstante, la pérdida de reservas y la presión sobre el tipo de cambio han generado preocupación tanto en sectores empresariales como en la ciudadanía.

La pugna entre Morales y Arce no solo define el futuro del Movimiento al Socialismo, sino que también influirá en el rumbo económico del país en los próximos años, en un contexto de creciente incertidumbre y descontento popular.

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