Lady Gaga en Río: un mar de pequeños monstruos
Edición Impresa | 3 de Mayo de 2025 | 03:12

Será, para Lady Gaga, o para los brasileños, una noche de revancha tras aquella esperada presentación en 2017 en el marco del Rock in Río que se canceló a último momento por los problemas de salud de la artista. Por eso, el megaconcierto que esta noche ofrecerá en la playa de Copacabana, siguiendo los pasos de icónicos como los Rolling Stones y Madonna, ha generado tanta expectativa y movimiento en Río de Janeiro, una ciudad que por estos días está viviendo una verdadera invasión de “pequeños monstruos”, tal y como se apoda a los fans de la súper estrella del pop.
Hace semanas que deambulan por las cercanías del Copacabana Palace Hotel, a metros del imponente escenario instalado sobre la arena. Aunque en las últimas horas el agolpamiento ha sido contundente, en tanto, según estimaciones oficiales, se espera que asistan 1,6 millones de personas.
Se trata de una verdadera fiesta de color, disfraces y pelucas, atributos que tienen que ver con la primera etapa de la artista, cultora del “Born this way”, su fiel himno, y del haz con tu vida lo que te haga feliz.
Historias hay miles. Como la de Victor Faro, quien, detrás de sus amplias gafas negras con tachas, tiene los ojos clavados en las ventanas del hotel donde se aloja la actriz y cantante. Es la primera vez que verá a su ídola y, encima, gratis. La felicidad es totoal.
Con cuernos de cabra de plástico en la cabeza y bigotes con las puntas alzadas al estilo Dalí, este joven brasileño de 30 años desplega todo su arsenal de pequeño monstruo, apodo cariñoso dado por la estrella pop estadounidense a sus fanáticos.
Llegado de Vitória, en el estado vecino de Espírito Santo (sudeste), Faro pretende arribar hoy a la playa “muy temprano, a las seis de la mañana, para estar lo más cerca posible del escenario y disfrutar al máximo”.
Unos metros más allá, Cinthia Rodrigues, una creadora de contenido en internet de 28 años, interpreta a Lady Gaga como su doble, peinada con una peluca rubio platinado y un pañuelo.
“La considero como mi madre, no sólo me identifico con su apariencia sino también con su personalidad”, contó en una entrevista con la AFP. Está convencida de que la cantante de 39 años, que se hace llamar “mother monster” (madre monstruo), dará “un concierto histórico”.
La alcaldía de Río, ciudad acostumbrada a recibir multitudes durante su famoso carnaval, espera un público de 1,6 millones de personas. Y prevé un movimiento económico de 600 millones de reales (unos 100 millones de dólares), casi un 30% más que lo que generó el concierto de Madonna en un evento hace un año en el mismo lugar.
“El hecho de agregar al calendario de la ciudad un concierto de una estrella internacional por año en la playa de Copacabana permite estimular la actividad económica en una época que antes era considerada como temporada baja”, destacó Osmar Lima, secretario municipal de Desarrollo Económico, citado en un comunicado.
“Genera dinero atrayendo turistas y trae alegría al barrio”, resume Analice Regina Moreira, una vecina de Copacabana de 73 años.
Río vive una semana particularmente agitada. Además del concierto de Lady Gaga, se celebran el Web Summit, una influyente conferencia sobre economía digital, y una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del grupo BRICS realizada el lunes y martes.
“¡Todo el mundo está en Río! Hay tanta gente que se confunde a (Serguéi) Lavrov con Lady Gaga”, bromeó el alcalde Eduardo Paes, y compartió en redes un video de un internauta que creyó ver llegar a la excéntrica cantante cuando pasaba el convoy ultraseguro del canciller ruso.
Mientras se espera el concierto de la intérprete de “Born this way”, algunos comerciantes ya se frotan las manos.
En una zona comercial popular del centro, los fanáticos de Lady Gaga no dudan en hacer una hora de cola para entrar a la tienda Lix, que ofrece remeras, gorras y otros accesorios con la imagen de la estrella pop, especialmente idolatrada por la comunidad LGBT.
El artículo más buscado: una camiseta sin mangas con motivos inspirados en el vestido hecho de carne cruda que ella vistió en los MTV Awards de 2010, vendida a 95 reales (unos 16 dólares).
En 2017, vivió una cruel desilusión: el concierto de Lady Gaga previsto en el festival Rock in Rio fue cancelado a último momento por problemas de salud de la cantante, quien apenas había realizado una gira antes por Brasil, en 2012.
“La esperaba con otros fans frente al hotel donde se suponía que estaba alojada cuando recibimos la noticia”, recuerda Santos, quien el sábado finalmente podrá ver a su ídola en carne y hueso.
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