El peronismo bilardista
Edición Impresa | 19 de Junio de 2025 | 02:55

Por DENISE CHMOIS
Los debates presidenciales de 2023 desataron una catarata de memes sobre la forma en que Juan Schiaretti se refería a la provincia que gobernaba: “Me quiero mudar a Córdoba” o “Quiero que alguien me ame como Schiaretti a Córdoba”, comentaban los usuarios en redes. Sin embargo, el peronismo nacional bien podría mirar más allá del fenómeno viral: la provincia podría ofrecer un faro para su reorganización.
El Partido Justicialista (PJ) se encuentra en un momento clave. Ya estaba en plena interna y reorganización cuando apareció el fallo contra Cristina Fernández de Kirchner. En este escenario, la necesidad de una renovación de liderazgo a mediano plazo es evidente: aquí es donde el modelo cordobés del peronismo cobra relevancia como una posible fuente para la adaptación nacional.
Históricamente, la relación entre el peronismo cordobés y el nacional (especialmente en su formato kirchnerista) “nunca fue buena y hoy es prácticamente nula”, aseguró Daniel Montoya, analista cordobés. Sin embargo, el politólogo José Natanson planteó una pregunta clave: ¿cómo se sostiene un proyecto nacional sin Córdoba? “El peronismo no puede ser el partido provincial de la provincia de Buenos Aires”, advirtió. Además, el peronismo cordobés gobierna la provincia desde 1999. Más aún: su experiencia merece ser observada de cerca.
El peronismo debe adaptarse a la Argentina y no la Argentina al peronismo. Esta es una idea central del intelectual cordobés Federico Zapata. Según comentó, a diferencia de la receta kirchnerista de peronizar a la sociedad, el peronismo cordobés optó por ir hacia la sociedad: “El peronismo local se hizo cordobés antes de intentar que la sociedad se hiciera peronista”. ¿Qué puede aprender el peronismo nacional del cordobés? La clave del éxito cordobés, según Montoya, radica en la visión de José Manuel De la Sota de articular una relación electoral con los sectores medios, históricamente reactivos al peronismo. El peronismo nacional, en contraste, ha tenido dificultades para “articular una relación fluida con los sectores medios, que son los que lo terminan castigando electoralmente”, indicó Montoya.
“A diferencia de la receta kirchnerista de peronizar a la sociedad, el peronismo cordobés optó por ir hacia la sociedad”
PRIORIDADES Y APORTES
El analista destaca, además, que el peronismo cordobés se articula con los sectores productivos de la provincia, tanto la industria como el núcleo agropecuario. En la misma línea, Natanson advirtió, en su participación en Futurock, que la propuesta programática del PJ no puede prescindir del campo: debe tener políticas para ese sector.
Por otro lado, el peronismo cordobés supo adaptarse a las demandas de su provincia. “Si el peronismo nacional quiere volver a ser un ‘espíritu de época’ capaz de interpelar y transformar, tendrá que romper sus trincheras identitarias y dejarse atravesar por la Argentina realmente existente”, sostuvo Zapata. En la misma línea, Natanson subrayó que el peronismo debe hablarles a los trabajadores de plataformas, a quienes reclaman por la inseguridad en el Conurbano y a los padres que dejan de enviar a sus hijos a la escuela por los paros.
Respecto de la búsqueda de nuevos líderes, el peronismo cordobés también tiene algo que aportar. “Su liderazgo nació plural y federal al interior de la provincia y estableció como criterio general de ascenso en la estructura política, el éxito electoral de sus referentes. Eso estimuló la renovación permanente de sus élites, el pluralismo, la competencia y la necesidad de una relación orgánica con las sociedades que esos dirigentes representaban y gestionaban. Fundó un peronismo bilardista”, señaló Zapata. Estas formas contrastan con el PJ, donde el kirchnerismo obstruyó la generación de nuevos liderazgos e ideas.
En definitiva, el actual momento de reorganización del peronismo nacional abre una ventana de oportunidad para que observe el caso exitoso de Córdoba, donde gobierna hace 26 años pero bajo otras premisas. “Sin una ruptura radical con ese pasado reciente, el peronismo corre el riesgo de perder su capacidad para producir y gestionar mayorías, para hablar del presente y el futuro”, concluyó Zapata.
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