La encrucijada del poder: el país ante una elección sin renovación

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Jorge Remón

Los temores del Gobierno que habrían sido repetidamente expuestos por altos funcionarios a la Corte Suprema de Justicia sobre las consecuencias que podría tener una sentencia condenando a prisión a Cristina Fernández de Kirchner eran exagerados o quizás solo eran una maniobra para lograr que la polarización electoral tuviera como protagonistas a Milei y a la exPresidente. Después de la sentencia judicial, la encuestadora Opina Argentina mostró que la mayoría de los argentinos la considera culpable de haber cometido actos de corrupción. Sin duda que ello constituyó un factor fundamental para que la CGT y buena parte de los gobernadores peronistas de las provincias hicieran declaraciones menos que formales de apoyo y solidaridad con la exmandataria. Sin embargo, en el justicialismo todavía no se conocen definiciones tajantes contra la conducción del partido, y aparecen como primeras figuras la exVicepresidenta y el exministro de Economía, Sergio Massa.

El juego de los libertarios

Los libertarios cuentan con la ausencia de renovación del peronismo y ejercen su creciente poder convencidos de que triunfarán en las próximas elecciones presidenciales y que sólo se vive el prólogo a un período en que podrán llevar a cabo las transformaciones que consideran imprescindibles.

A pocas semanas de la elección de la Provincia de Buenos Aires, que todos consideran de extraordinaria importancia, desde el oficialismo se exige incondicionalidad hacia el líder y también al “jefe”. Aún reconociendo que necesitan del apoyo del electorado que votó por el PRO, se niegan a realizar cualquier alianza con esa agrupación y sólo aceptan que algunos dirigentes se les integren en una boleta que sea exclusivamente libertaria. Nada de coaliciones. Más aún, en plena conversación, porque no existe negociación, con dirigentes del PRO, el Presidente de la República criticó severamente a Mauricio Macri, acusándolo de haber intentado interferir en decisiones del Poder Judicial, y alguno de sus colaboradores deslizaron que el exPresidente había acordado en secreto con Cristina Kirchner. Una típica operación que normalmente se adjudicaría a los trolls, porque parece destinada a “tirar la pelota afuera”, después de las confusiones originadas por la actitud del Gobierno en la caída del proyecto de ley llamado “Ficha limpia” y las iniciativas en las que coincidía parte del peronismo, tendientes a designar al juez Lijo y ampliar el número de integrantes de la Corte.

El peronismo, en la búsqueda

Frente a las contradicciones políticas del Gobierno, el peronismo todavía no ha encarado la natural renovación que determina una derrota electoral como la que sufrió en las últimas elecciones presidenciales. El voto cautivo del justicialismo no supera actualmente el 35% de la ciudadanía, y para siquiera tener la posibilidad de competir con los libertarios, debería atraer a sectores independientes y de las clases medias urbanas. Reconocer la importancia de los cambios que se han producido en la economía mundial es el primer paso para plantear las reformas estructurales imprescindibles para que la Argentina pueda insertarse en el mundo.

La carga impositiva que frena al campo

Es cierto que los libertarios explican que las transformaciones serán posibles con la estabilidad monetaria tan valorada por todos, pero hasta ahora sólo se ha invertido en la extracción de gas, petróleo y en la minería, mientras el campo sigue con una carga impositiva que le impide a los agricultores incorporar nuevas tecnologías, como hicieron hace años, cuando prácticamente duplicaron la producción.

La explotación de los recursos naturales no garantiza de manera alguna la creación de los millones de puestos de trabajo que requiere el país. Ni siquiera los argentinos están realizando inversiones aprovechando las ventajas comparativas de la nación, porque desconocen qué hará el Gobierno para fomentar el desarrollo basado en la competitividad, mientras que los dirigentes de las organizaciones de las PyMEs claman por la demora en reformar las leyes laborales, la carga impositiva y la apertura indiscriminada de la aduana.

Habrá que elegir

A pesar de todas esas circunstancias, los argentinos deberán elegir entre el peronismo y los libertarios, dos partidos cuyos candidatos no fueron elegidos por los afiliados y que ni siquiera practicaron la democracia interna mientras regía la ley que imponía las primarias para designar a los candidatos. La desilusión y la frustración ante lo que parece imposible, la renovación de los partidos, hace que cada vez menos ciudadanos concurran a las urnas. Es una situación altamente peligrosa, y es de esperar que el Gobierno acierte en más que contener la inflación, porque como se ha dicho, la súper macro no llena el bolsillo de la gente, y la falta de mercado interno no alienta ninguna inversión, más que en minería, petróleo y gas.

 

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