Cucaracha

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Por CARLOS ALEMAN

Me volví a enamorar de una chica, esta vez arriba del colectivo.

Capaz ella también tiene un auto de alta gama, amigas, juega al hockey y va a fiestas y no acepta besos de desconocidos.

Si sos alta, pelirroja, nariz ganchuda, tomaste el 273 letra “G” a las seis de la tarde del lunes 16 de junio en La Plata, tenías puestas unas calzas deportivas, campera verde y llevabas una mochila negra con un llavero de Bob Esponja y bajaste en 11 y Belgrano, sabe que @elmundodelaalmohada te está buscando. Si la conocen avísenme, si no voy comprando manteca de cacao.

Con los colectivos me pasa algo, con las mujeres me pasa algo.

Recuerdo esa vez que íbamos charlando sobre mujeres arriba del micro a La Plata con mi hermano más grande y en el semáforo de la esquina de 501 y Belgrano, a la altura de la República de los Niños yo le dije que quería ser el único varón en la Tierra para así gustarle a la chica que me gustaba, tenía ocho años, a lo que él me respondió que por más que fuese el único hombre en el planeta tierra, podía pasar que mi amor no sea correspondido porque ella no sentía atracción por mí, me enojé bastante.

Cucarachas, insectos curiosos, son excelentes velocistas, llevado a la escala humana su velocidad es equivalente a la de una persona corriendo a aproximadamente 320 kilómetros por hora, ¿qué pasaría si yo fuese una cucaracha?, ¿jugaría mejor al fútbol?, ¿saldría a correr todos los días?, ¿escribiría?, ¿tomaría mi medicación?, y lo más importante, ¿seguiría enamorándome de desconocidas arriba del colectivo?

 

 

Cucaracha

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