Rafael Grossi, en la mira de Irán: el régimen presiona al argentino

Teherán bloquea visitas e inspecciones del OIEA, y acusa a su titular de parcialidad y deja entrever represalias personales contra el diplomático con vínculos con La Plata

El régimen iraní decidió profundizar su enfrentamiento con Rafael Grossi, el diplomático con vínculos con La Plata que dirige el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), organismo clave en la vigilancia del uso pacífico de la energía nuclear en el mundo.

Hamid Reza Haji Babaei, vicepresidente del Parlamento iraní, anunció que Teherán prohibirá al OIEA ingresar a sus instalaciones nucleares y suspenderá la instalación de cámaras de vigilancia, esenciales para controlar la actividad atómica del país.

La decisión fue adoptada por unanimidad por los legisladores presentes y establece que toda cooperación con el organismo internacional quedará congelada “hasta que los centros nucleares y los científicos iraníes estén totalmente protegidos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y según lo determine el Consejo Supremo de Seguridad Nacional”.

Un telón de fondo de máxima tensión

La escalada se produce en un contexto particularmente delicado. El pasado 13 de junio, Israel lanzó una serie de bombardeos estratégicos contra instalaciones nucleares y objetivos militares en territorio iraní. El ataque recrudeció la crisis en Medio Oriente y alimentó la retórica iraní contra Occidente, especialmente contra Estados Unidos e Israel, a quienes acusa de conspirar para destruir su soberanía. Y todo empeoró tras los posteriores ataques estadounidenses a tres instalaciones nucleares iraníes, que terminaron forzando el alto el fuego.

Desde ese momento, el régimen islámico endureció su discurso y redujo casi a cero la cooperación con el OIEA, complicando los esfuerzos internacionales para mantener supervisado el controvertido programa nuclear iraní.

Grossi, que desde 2019 está al frente del organismo, ha sido uno de los actores clave en las negociaciones para mantener abierto un canal de diálogo y evitar un nuevo frente de conflicto que podría implicar una carrera armamentística nuclear en la región.

Acusaciones de “intenciones malignas”

Lejos de moderar el tono, las autoridades iraníes han intensificado sus críticas personales hacia Grossi. Durante su intervención ante el Parlamento, Haji Babaei afirmó que el verdadero objetivo de Occidente no son los misiles ni el programa nuclear iraní, sino “el pueblo de Irán”.

Por su parte, el canciller iraní, Seyed Abbas Araghchi, utilizó la red social X (antes Twitter) para atacar directamente a Grossi: “La insistencia de Rafael Grossi en visitar los sitios bombardeados con el pretexto de las salvaguardias carece de sentido y posiblemente incluso tenga intenciones malignas".

Amenazas directas y denuncia en la ONU

La tensión diplomática se tornó personal y peligrosa la semana pasada, cuando Ali Larijani, asesor principal del líder supremo iraní, Ali Khamenei, emitió una amenaza directa contra Grossi en redes sociales. “Irán hará que Grossi pague una vez que termine la guerra con Israel”, escribió Larijani, sin dar más detalles sobre las posibles represalias, pero elevando de manera alarmante el nivel de la confrontación.

En paralelo, Irán presentó una denuncia formal ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, acusando a Grossi de mantener un “enfoque sesgado” respecto del programa nuclear iraní. Según el embajador iraní ante la ONU, Saeed Iravani, el argentino violó “clara y gravemente el principio de imparcialidad” con sus recientes declaraciones sobre las actividades nucleares del país persa.

Preocupación y posible aislamiento

La decisión iraní de cortar vínculos con el OIEA preocupa no solo por la estabilidad regional, sino también por el riesgo de que Irán pueda avanzar sin control hacia un umbral nuclear. Diplomáticos occidentales advirtieron en Viena, sede del organismo, que sin acceso ni monitoreo, será casi imposible saber el verdadero estado del programa atómico iraní.

Grossi ha expresado en reiteradas ocasiones que el trabajo del OIEA es técnico y neutral, y que su misión es evitar que el programa nuclear iraní derive en fines bélicos. Sin embargo, sus declaraciones públicas sobre la falta de transparencia por parte de Teherán y su insistencia en inspeccionar sitios sensibles lo han convertido en blanco de ataques políticos y personales.

Pasión por Estudiantes

Más allá de su rol diplomático, Rafael Grossi mantiene vínculos con la ciudad de La Plata, ya que su madre nació en nuestra ciudad, lo que lo conecta afectivamente con la capital bonaerense. Además, el director general del OIEA es hincha declarado de Estudiantes, el club al que sigue con fervor y al que suele mencionar en entrevistas y charlas informales.

Hoy, el diplomático argentino se encuentra en el centro de una tormenta geopolítica, convertido en blanco de amenazas directas por parte de uno de los regímenes más herméticos y conflictivos del mundo. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con creciente inquietud el deterioro de las relaciones entre Irán y el organismo encargado de velar por la seguridad nuclear mundial.

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