La obra del siglo XX que exhibe la sociedad de EEUU
Edición Impresa | 29 de Junio de 2025 | 02:42

“El nadador” -uno de los cuentos más emblemáticos de John Cheever, publicado en ‘The New Yorker’ en 1964, y de la literatura de Estados Unidos- es una obra que comienza como una fantasía veraniega y deriva lentamente en una pesadilla existencial.
Su protagonista, Neddy Merrill, decide atravesar el condado nadando de piscina en piscina, como si su entorno suburbano fuese un mapa natural que pudiera dominar con gracia y entusiasmo.
Al principio, la travesía parece un juego excéntrico, casi infantil. Pero a medida que avanza, el relato se va tiñendo de una melancolía sorda, de un desconcierto que desarma tanto al personaje como al lector.
Cheever logra con maestría ese viraje sutil: del sol radiante al frío otoñal, de la vitalidad a la decadencia.
Las piscinas se transforman en estaciones de un calvario moderno donde emergen los signos del paso del tiempo, la alienación, la ruina económica y emocional. El cuento es, en el fondo, una crítica feroz a la clase media norteamericana de posguerra, aferrada a una ilusión de permanencia que se desmorona en cámara lenta.
Con un estilo contenido pero profundamente poético, Cheever condensa en pocas páginas un drama sobre la negación y el derrumbe, envuelto en el esplendor engañoso de los suburbios. “El nadador” es una parábola sobre el tiempo, la pérdida y el autoengaño: un cuento breve que, como los grandes relatos, deja una huella persistente.
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