Raúl Correbo, el adiós a una figura clave en la vida de Estudiantes: su labor social dejó una huella en La Plata
Edición Impresa | 6 de Junio de 2025 | 04:57

El Mundo Estudiantes y la patria futbolera platense duela la partida física del ex presidente de la Institución albirroja, Raúl Correbo, quien presidió el Club en 1982.
El directivo falleció ayer, y sus restos serán despedidos hoy al mediodía en la Casa velatorio Boccia, a la que varios familiares, amigos, compañeros y simpatizantes se hicieron presentes.
Políticamente, estuvo varios años ligado a Estudiantes, y previo a ser el máximo mandatario, ocupó otros cargos como secretario durante la gestión de Ignacio Ercoli entre 1973 y 1981. Ese último año, presentó su propia lista y ganó las elecciones.
Bajo su dirección como principal dirigente, el León conquistó el Torneo Metropolitano 1982 y el Campeonato Nacional de 1983. A su vez, fue dirigente de otras instituciones locales, entre ellas el club Etcheverry y Juventud.
Dejó su cargo de presidente en 1986, con la llegada de Eduardo Luján Manera. A pesar de no seguir ligado al ámbito dirigencial de Estudiantes, siempre siguió presente en la vida cotidiana de la Institución.
Vale destacar, que el dirigente es recordado por ser el encargado de impulsar y gestionar la nueva llegada de Carlos Salvador Bilardo a la dirección técnica del Pincha.
En este sentido, con ayuda de Raúl, el Narigón fue pieza clave para el arribo de Alejandro Sabella en 1982. El entrenador campeón del mundo en 1986 recuerda que emprendió el viaje a Inglaterra para incorporar a Pachorra con apenas 20.000 dólares, de los cuales “mil me los había dado el presidente de Estudiantes, Raúl Correbo y los otros eran míos”, contó luego el Narigón. Ese aporte inicial fue el respaldo económico con el que comenzó la negociación por el pase del jugador.
Raúl Gerardo Correbo nació el 25 de abril de 1939 en La Plata. Vivió durante años en Tolosa y se crió en Etcheverry. Fue escribano y aparte de su trabajo como dirigente deportivo, también desarrolló una extensa trayectoria comunitaria, donde fue miembro del Rotary Club, del Colegio de Escribanos, de la Fundación Estadio Ciudad de La Plata, la Fundación Florencio Pérez y del movimiento La Plata de Pie.
“De los tiempos de estudiante recuerdo las mesas de amigos en el Bar Bristol, que estaba en 7 y 47. Era mi cábala, porque antes y después de cada final me tenía que tomar un café allí. También ir a la cancha de Estudiantes con mi viejo, y después de los partidos quedarnos esperando para ver a los jugadores. Yo moría por mis ídolos, el Cholo Ogando, el Payo Pelegrina, Giosa ...”, contó años atrásde su adolescencia, en una entrevista con este medio.
Siguiendo esta línea, también mencionó su pasión por otro deporte como el basquet, donde supo ser base y centro, en el Club Juventud, y donde llegaría a ser subcampeón de los Torneos Evita. “La verdad que jugaba mejor al basquet que al fútbol. Pero me lastimé la rodilla y ahí se acabó el deporte. Si esto me hubiera pasado ahora me podría haber operado y seguir jugando, pero en ese momento la rodilla era fatal”.
Otra gran pasión de Raúl Correbo fue su esposa María Isabel Loza, quien falleció cinco antes antes que él. “Nos casamos en el año ‘89 y vivimos juntos con enorme felicidad hasta que la vida me la llevó, algo que todavía no puedo superar”, confesó en una de sus últimas entrevistas. Desde la partida de su compañera le costó mucho seguir adelante.
De esta forma, el Club Estudiantes de La Plata le dice adiós a una figura que dejará una huella imborrable en la Institución.
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