Tiene muy poco y todo lo que logre sumar, será útil
Edición Impresa | 20 de Julio de 2025 | 00:32

Por MARTIN MENDINUETA
No hay hincha tripero que no conozca la realidad del plantel. Es un grupo de jugadores donde escasea la jerarquía y eso se advierte a simple vista.
Partiendo de esa aceptación plena, haber sumado un punto frente a un rival que fue claramente superior, representa el logro esperado como para calmar, mínimamente, el descontento generalizado.
Observar a Gimnasia en acción es toparse con un equipo al que todo le cuesta demasiado.
Sin Leonardo Morales, Rodrigo Castillo y el lesionado Jan Hurtado, se limita a correr procurando obstaculizar los planes del rival de turno.
La dirigencia (cada vez más acolada por las críticas) arriesgó superando el límite aconsejado al conformar un plantel inferior en poderío al que tuvo en el semestre anterior. Es cierto que cuando recupere al venezolano, al colombiano Piedrahita, a Bautista Merlini y a Franco Torres (su inoportuna lesión le impidió pelear con buenos argumentos por la titularidad), el panorama mejorará en términos concretos. Sin embargo, se vislumbra un lapso competitivo harto difícil; con la angustia y la preocupación como antipáticos compañeros de ruta.
SENTIRSE Y SABERSE MENOS QUE EL RIVAL FUE UN RASGO DISTINTIVO
El paso albiazul por el Nuevo Gasómetro dejó escasos puntos positivos. El primero repitió lo del debut en el nombre y en el apellido: Nelson Insfrán. El arquero volvió a ser figura indiscutida. Ágil, cada vez más sobrio y con buenos reflejos, el “Mono” es un hombre esencial.
Jeremías Merlo fue el más atrevido por su habilidad. Sobre la banda derecha, aportó desbordes
Detrás del arquero, asomaron el atrevimiento y la habilidad de Jeremías Merlo. El juvenil ganó en confianza y eso lo empujó a concretar buenos desbordes por la banda derecha. Merece seguir y, si eso ocurre, todo parece indicar que su aporte crecerá.
Gastón Suso, nuevo referente y líder, por lo menos para la mirada pública, tiene temperamento y limitaciones, pero parece convencido de luchar para que tan brava situación salga a flote.
VINO DE BOCA Y ESTÁ RINDIENDO COMO LOS PEORES REFUERZOS
Lo de Norberto Briasco volvió a ser decepcionante de punta a punta. Jugó tan mal como Mammini frente a Instituto; la diferencia es que a Ivo parece dolerle más no poder responder con la camiseta que lo convirtió en jugador profesional.
Manuel Panaro tiene algunas características que entusiasman, principalmente su seriedad para intentar aprovechar cada oportunidad en la que le toca actuar.
No hay más para destacar, el resto fueron voluntades apiñadas en el cajón de la mediocridad. Ninguno rompió el molde de la chatura que tanto les dolió a los hinchas que se tiraron en el sillón esperando que la imagen de la tele fuera un poco diferente.
Gimnasia transita por el campeonato que definirá los descensos abrigado sólo por un optimismo desmesurado. Cree, desea y confía en que no le tocará el castigo tan temido, pero ha sido artífice de su propio destino hasta derivar en el resbaladizo escenario que lo contiene.
Ayer, con un buen arbitraje de un mal árbitro (estuvo correctamente anulado el lindo gol que había anotado Zalazar y de ninguna manera fue penal la inexistente mano que protestó el dueño de casa), Gimnasia nunca estuvo cerca de ganar. Atacar le resulta un esfuerzo que muchas veces no consigue realizar. Necesita urgente un centrodelantero que le rinda.
Hurtado es esperado como si fuera la mejor versión de Hugo Romeo Guerra o de Diego Alonso.
Cada punto que pueda sumar le será útil. Tiene muy poco y cada fecha le representará un desafío de exigencia mayúscula. Lo que se pensó antes del torneo, hoy está pasando.
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