El poder de decir gracias antes que sea demasiado tarde

La literatura de De Vigan se convierte en un espejo de experiencias compartidas, donde lo personal adquiere una dimensión colectiva

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La última novela de la escritora francesa Delphine De Vigan, Las gratitudes, es una historia íntima y conmovedora que se sumerge en una de las emociones más profundas y universales del ser humano: la gratitud. Pero no se trata de una gratitud formal o cortés, sino de aquella que nos atraviesa por completo, que nace de la memoria, del amor y de las heridas cicatrizadas con el tiempo. De la necesidad urgente de decir “gracias” a quienes, en algún momento de nuestras vidas, fueron un ancla, un refugio o una salvación. A través de tres personajes entrañables, De Vigan construye una narración sutil y poderosa sobre la vejez, la pérdida del lenguaje, los vínculos y la importancia de no postergar aquello que necesitamos expresar.

La historia gira en torno a Michka Seld, una mujer mayor que, tras una vida independiente, comienza a perder el habla por una afasia progresiva y debe mudarse a un geriátrico. Es allí donde se entrelazan las voces de los otros dos protagonistas: Marie, una joven a quien Michka cuidó cuando era niña y su madre no podía, y Jéròme, un logopeda que la acompaña en su lucha por recuperar las palabras que se le escapan. Ambos, desde sus propios lugares, intentan sostenerla emocionalmente en ese tránsito final de su vida, pero a medida que avanza la historia, son ellos los que terminan siendo transformados por el vínculo con Michka. Porque a pesar de la fragilidad física y cognitiva, Michka sigue teniendo una presencia luminosa, capaz de tocar a los demás con su humanidad y su historia de supervivencia. Durante la ocupación nazi, Michka fue salvada por una familia que la ocultó en su casa, y ese recuerdo se vuelve el eje emocional de la novela: nunca pudo agradecerles, y ahora, cuando las palabras le fallan, siente una urgencia visceral por encontrarlos.

Delphine De Vigan pone en escena un dilema existencial: ¿cómo expresar algo tan esencial como el agradecimiento cuando el lenguaje comienza a fallar? ¿Qué pasa cuando se empieza a olvidar cómo se dice una palabra, pero se sigue sintiendo todo el peso del afecto, del reconocimiento, del pasado compartido? En un mundo que tiende a acelerar los procesos vitales y a esconder el envejecimiento, Las gratitudes es un canto pausado al cuidado, al acompañamiento, a los gestos que importan más que cualquier discurso. Es, también, una crítica silenciosa a la soledad impuesta por las instituciones y al abandono afectivo que muchas veces sufren las personas mayores. Pero lejos de ser un relato oscuro o dramático, la novela es luminosa en su sencillez, escrita con un estilo sobrio que logra emocionar sin recurrir al sentimentalismo.

A través de diálogos honestos y silencios elocuentes, De Vigan construye una trama que no necesita artificios para conmover. La pérdida del habla de Michka no representa solo una condición médica, sino también un símbolo: cuando el tiempo apremia y el cuerpo ya no responde, lo que queda es el deseo de cerrar los círculos afectivos, de dejar en claro que ciertos gestos no fueron olvidados. Las visitas de Marie y Jéròme al geriátrico se convierten en espacios de reconstrucción de sentido, donde cada palabra recuperada es un triunfo, y cada momento compartido, un acto de amor. Ambos hacen lo posible por encontrar a la familia que salvó a Michka, conscientes de que ese acto de agradecimiento no es solo para ella, sino también para ellos, que necesitan creer en una red de afectos capaz de atravesar el tiempo y el olvido.

Con esta obra, De Vigan vuelve a demostrar su maestría para narrar lo íntimo y lo universal al mismo tiempo. Como ya lo había hecho en Nada se opone a la noche o No y yo, su literatura se convierte en un espejo de experiencias compartidas, donde lo personal adquiere una dimensión colectiva.

Las gratitudes
DELPHINE DE VIGAN
Editorial: Anagrama
Páginas: 176
Precio: $31.500
Delphine De Vigan
Las gratitudes

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