Estaba por almorzar y sufrió un salvaje asalto

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Eran las 13 horas y una jubilada de 76 años ultimaba los detalles para sentarse a almorzar cuando su domicilio, ubicado en calle 81 entre 139 y 140, se convirtió en escenario de un hecho cargado de violencia y desdén.

Sin mediar palabras ni amenazas verbales específicas, una banda de criminales ingresó a su casa de manera rápida y coordinada para sustraer objetos de valor.

Según trascendió, el grupo estaba compuesto por cuatro hombres y una mujer que fueron directamente al grano.

En poco tiempo, cargaron con un televisor, tres estufas, un espejo de baño, un espejo grande, una notebook, dos alianzas, dos teléfonos, dinero en efectivo y hasta el auto de la damnificada.

La sorpresa y el miedo fueron los sentimientos predominantes en la jubilada, quien no sufrió agresiones físicas pero que debió soportar cómo hasta el último espacio de su intimidad había sido invadido.

La rapidez con la que se movieron los ladrones apunta a una planificación previa y a un grupo organizado dedicado a este tipo de robos.

Las fuerzas de seguridad trabajan ahora para dar con los responsables, quienes dejaron pocas pistas, salvo la composición del grupo y el vehículo sustraído que podría llegar a facilitar su localización.

La causa fue caratulada como “robo” y continúa en investigación, mientras los vecinos de la zona permanecen atentos ante la inseguridad que se hizo presente ese domingo a plena luz del día.

Este caso vuelve a poner sobre la mesa la preocupación por la protección de los adultos mayores, quienes muchas veces se ven más vulnerables ante hechos delictivos.

 

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