Cuando José Sosa casi queda libre de Estudiantes: la desconocida historia previo a su debut en 2002
| 13 de Agosto de 2025 | 08:39

El 15 de septiembre de 1985, La Plata se vistía de fiesta para vivir un nuevo clásico. En la cancha de 1 y 57, Estudiantes y Gimnasia volvían a verse las caras después de siete largos años. El Lobo había descendido en 1979 y el regreso a la máxima categoría traía consigo un sabor especial: se trataba nada menos que del clásico platense número 100 de la era profesional, con la Copa Challenger donada por Armendáriz en disputa.
La historia se escribió con zurda. José Daniel Ponce acomodó la pelota para un tiro libre, ejecutó con precisión y, tras un desvío en un jugador albiazul, el balón se coló por el palo izquierdo del arquero. El Pincha se abrazó a la victoria y la Ciudad volvió a sentir la tensión y la pasión de ambos lados del duelo eterno.
Pero mientras en las tribunas se celebraba y en las crónicas se guardaba el recuerdo de aquella tarde, en algún rincón de Santa Fe, Eloisa precisamente, había una historia apenas comenzando. Dos meses antes, había nacido un jugador que con el tiempo haría historia, aunque estuvo a punto de no escribirla jamás: casi queda libre antes de despegar.
1985
En la categoría 1985 de Estudiantes había varios jugadores que dieron el salto y pudieron firmar con la Primera, pero recién al cumplir los 21 años. El Pincha venía de años complicados pese a las buenas camadas. Sosa lo pudo dar solamente con 17, siendo un hecho casi inédito aunque también estuvo cerca de quedar libre. Y también pudo haber ido anteriormente a River.
Los que nacieron en 1984 también tuvieron que esperar un poco más. José María Basanta y Ramón Fernández, del '84, firmaron en 2003; César Taborda en 2004 y Germán Paz -menos recordado- en 2006.
Para el año 2002, jugadores como Marcos Angeleri y Federico Vismara daban el salto a Primera. En el mientras tanto esperaba la categoría 1985: allí estaban Ezequiel Brítez, Diego Caballero, Gonzalo Saucedo, Diego Noguera (firmaron todos en 2006), Juan Vinaccia (no llegó al plantel) y José Sosa, además de muchos. El Principito fue el único de esa camada que puso la estampa muy pronto, con 17 años. Sin embargo, casi no se le da.
Sosa casi queda libre
La historia sobre Sosa y que casi queda libre la contó el periodista Máximo Randrup, que en aquel entonces también era uno de los juveniles pincharratas camada 1985. Sosa tuvo su primer partido un 11 de agosto de 2002 -reemplazando a Rodolfo Aquino, aunque "unos meses antes integraba una lista de jugadores que quedaban libres (como sucede cada año en inferiores)". Sosa, santafesino, llegó con 15 años, en pleno 2000, a su prueba en City Bell y rápidamente contentó a todos. Le quedó Principito posteriormente por un símil a Francescoli.
El año 2002 no fue uno de los mejores para el club. Aunque el Clausura lo tuvo entre los 10 mejores, con Ernesto Farías como uno de los goleadores (11), para el Apertura recién sumó el primer triunfo en la fecha 7. Muchos juveniles asumiendo la responsabilidad de estar en Primera, con referentes como Roberto Pompei, Raúl Cascini, Mauricio Piersimone, Pablo Quattrocchi, Juan Manuel Anconzábal. El nuevo milenio generó mucho recambio, a tal punto que 14 arribaron (o subieron) entre el 2000 y 2002.
La salvación para Sosa había llegado a finales de 1999, un 9 de diciembre de ese año. Andrés Padrón asumía como el nuevo coordinador de las divisiones inferiores de Estudiantes, lo que abrió una nueva era para una de las partes claves en la historia del club. La cantera había llegado a un punto clave y se anunciaba la llegada de importantes cambios, centrados en la necesidad de volver a contar con ella para alcanzar logros futuros. Dicha situación motivó el accionar de la dirigencia albirroja, que después de estudiar los diferentes proyectos optó por el encabezado por Padrón.
Padrón, que supo lo que fue ser parte de las inferiores de Estudiantes como jugador, se preguntaba por aquel entonces: "¿Y quiénes son los que dicen con anticipación que esos chicos tienen condiciones para ser profesionales? Porque así como hay opiniones desinteresadas, de entendidos o no en la materia, hay otros operadores que se encargan de inflar a jugadores".
¿Quiénes debutaron y pasaron de juveniles a Primera desde la llegada de Padrón hasta el turno del Principito? En el 2001 firmó Marcelo Carrusca (1983), Israel Damonte (1982), Pablo Lugüercio (1982) y Nicolás Ayr. Mariano Pavone arrancó un poco antes, en el 2000.
"Para que las cosas transiten por los carriles adecuados, es fundamental respetar los tiempos por los que están pasando los jugadores. No es lo mismo un chico de cuarta, que uno de novena, no se pueden aplicar los mismo trabajos para cada uno de ellos. En las divisiones más chicas, se le debe dar una gran importancia a la técnica, mientras que en las grandes, hay que hacer mucho hincapié en lo físico, ya que en la actualidad, el fútbol se ha transformado en un deporte muy físico", sostenía Padrón por aquel entonces.
Francisco Ferraro era el entrenador en la época en la que el coordinador asumía (apenas 21 partidos). "Lo que les garanticé es que mi compromiso con ellos iba a ser igual para todos y que iba a trabajar con todas las herramientas que tengo, para que los resultados fuesen los mejores", marcaba Padrón. Eduardo Solari (19) continuó breve tiempo y quien consolidó a varios fue Néstor Craviotto (82 juegos) -más luego los históricos Verón, Malbernat, Bilardo y Pachamé-.
“Sosa se queda, lo decido yo”, dijo Andrés Padrón en ese crudo inverno del 2002. Para Randrup, de fuerte carrera periodística, fue "doble decisión acertada la del coordinador de juveniles", que lo salvó a Sosa y a él "lo dejó ir".
El resto es historia. Sosa ya cumplió 40, lleva 23 como profesional, ganandor de títulos en diferentes partes del mundo, con la Selección también y uno de los pocos que con esa edad se mantiene en la Primera División de una de las ligas más importantes del mundo.
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