A 160 años del primer viaje en tren al interior

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Hace 160 años, se daba un hito transformador en el transporte argentino: el 14 de agosto de 1865, el Ferrocarril Sud realizó su primer viaje desde la Estación Constitución hacia el interior, inaugurando una era de integración territorial, desarrollo económico y expansión social.

En la década de 1860, los viajes terrestres eran lentos y difíciles, limitados a carretas y caballos. El surgimiento del Ferrocarril Sud ofreció por primera vez un transporte rápido, seguro y regular, conectando Buenos Aires con ciudades del sur bonaerense.

Más allá de pasajeros, el ferrocarril permitió trasladar productos agrícolas y ganaderos hacia los mercados urbanos, consolidando a Buenos Aires como centro comercial y favoreciendo la llegada de inmigrantes europeos a nuevas localidades ferroviarias.

El primer viaje y la expansión

El 14 de agosto de 1865, la locomotora partió de Constitución y comenzó a recorrer ramales hacia Lobos, Chascomús y otras ciudades del interior. Cada nueva extensión fortalecía la integración del país y transformaba aldeas aisladas en centros de comercio y desarrollo.

Durante el siglo XIX, la red ferroviaria fue clave para mover tropas, correo y provisiones, fortaleciendo la unidad nacional.

El Ferrocarril del Sud fue una compañía de capitales británicos que construyó y operó una red de ferrocarriles en Argentina desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX.

La compañía fue fundada por Edward Lumb en 1862 como Buenos Aires Great Southern Railway (BAGS), y su primer gerente general fue Edward Banfield.

En 1930, la compañía se había convertido en una gran empresa, probablemente la mayor de su tipo en el hemisferio sur, con más de 8.000 kilómetros de vías mayormente de trocha ancha, 504 estaciones, 857 locomotoras a vapor, 955 coches (o carruajes), 16.602 vagones y más de 30.000 empleados. Su red unía localidades de la provincia con la capital federal, facilitando el transporte de productos agropecuarios a los puertos de Buenos Aires, Quequén-Necochea y Bahía Blanca.

La compañía y sus subsidiarias operaban instalaciones de granos, un campo frutal experimental en Cinco Saltos, una planta de energía en Bahía Blanca, la Compañía Argentina de Distribuidores de Frutas, hoteles en Sierra de la Ventana y Miramar. También construyó el Puerto Ingeniero White en Bahía Blanca, e instaló con elevadores de granos y embarcadero. También participaba en la Compañía Ferrocarriles del Petróleo en Comodoro Rivadavia y controlaba el Dock Sud en el Riachuelo.

A fines de los años 1920 la compañía alcanzó su mayor prosperidad, pero luego decayó por la devaluación del peso, el aumento de los costos laborales y la competencia del transporte automotor.

De Ferrocarril Sud al Roca

En 1948, durante la presidencia de Perón, el Ferrocarril Sud fue nacionalizado y renombrado Ferrocarril General Roca, en honor a Julio Argentino Roca, modernizando y ampliando su red.

Sus vías conectaron ciudades, pueblos y regiones productivas, transformando estaciones en núcleos urbanos y facilitando el comercio y la movilidad de millones de personas.

Así, el primer viaje del Ferrocarril Sud marcó la modernización del país, impulsando el comercio, la movilidad social y la integración regional. Por eso, cada 14 de agosto se recuerda como un hito de innovación y progreso, con estaciones y locomotoras históricas como testigos.

El primer viaje del Ferrocarril Sud simbolizó la modernización del país

 

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