La reaparición de Charly García: llegó en silla de ruedas, frágil y conmovió a todos
| 19 de Agosto de 2025 | 19:04
Charly García volvió a mostrarse en público y lo hizo en un marco cargado de simbolismo. Ingresó al aula 108 de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en silla de ruedas. Sus 73 años y la fragilidad de su figura no hicieron más que multiplicar la emoción de quienes pudieron presenciarlo.
“Gracias a la Universidad por este reconocimiento tan importante, desde ahora pasaré a llamarme Doctor Charly”, dijo levantando sus dedos en V, gesto histórico que desató un aplauso interminable.
El homenaje académico
El Consejo Superior de la UBA había aprobado por unanimidad otorgarle el Doctorado Honoris Causa, máxima distinción de la institución. La propuesta surgió de la Facultad de Filosofía y Letras, a través de su Departamento de Artes y la Cátedra de Música Popular, que destacaron su aporte como “artífice de un patrimonio intangible que la universidad debe legitimar y proteger”.
En el acto, la profesora Lisa Di Cione subrayó su “inestimable aporte a la música y a la cultura nacional”, su “vigorosa creatividad” y el carácter político de sus canciones en distintos momentos de la historia argentina.
Un ritual de generaciones
Dentro del aula, repleta hasta el último asiento, la atmósfera fue la de un verdadero concierto: banderas improvisadas, remeras con la tapa de Clics modernos, cantos espontáneos y la emoción de ver a un artista que moldeó la identidad de varias generaciones.
El público coreó sus canciones como si estuviera en el Luna Park o en un teatro. Jóvenes que apenas lo vieron en vivo alguna vez convivieron con adultos que lo siguieron desde los tiempos de Serú Girán o La Máquina de Hacer Pájaros. La presencia de Charly volvió a tender puentes entre edades, estilos y memorias.
Afuera, devoción bajo la lluvia
Mientras tanto, en los pasillos y la explanada de la facultad, decenas de personas esperaban bajo la lluvia. Con paraguas y camperas, se agolparon detrás de vallas para poder ver, aunque sea por unos segundos, al ídolo.
Un cartel escrito a mano se convirtió en consigna y fue celebrado con aplausos: “Los dinosaurios van a desaparecer. Defendamos la Universidad Pública”. La frase, tomada de una de sus canciones más emblemáticas, funcionó como un puente entre la obra del músico y la defensa de la educación pública en la Argentina.
La emoción del reencuentro
Aunque en los últimos años sus apariciones fueron escasas y siempre rodeadas de un hermetismo férreo, Charly sigue siendo una figura magnética. Cada vez que sale a escena, incluso en su fragilidad, lo que genera es un verdadero reencuentro popular.
Verlo en silla de ruedas no redujo el entusiasmo de los presentes: al contrario, aumentó la emoción. Su fragilidad fue percibida como parte del símbolo, como un recordatorio de todo lo que entregó al arte argentino.
Un legado que trasciende
La ceremonia dejó una imagen que quedará grabada en la memoria cultural: la de Charly García recibiendo la distinción académica más alta, en medio de aplausos, lágrimas y cantos. Un reconocimiento institucional que se suma al que ya le dio, hace décadas, la gente en cada escenario.
Charly, frágil pero eterno, se fue ovacionado como siempre. Su reaparición fue más que un acto protocolar: fue la confirmación de que su legado sigue vivo, latiendo en la música, en la memoria colectiva y en el corazón de varias generaciones de argentinos.
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