Polimedicados: un 60% de los mayores de 65 toma más de cinco fármacos
Edición Impresa | 19 de Agosto de 2025 | 03:00

Las pastillas rojas para la presión, las otras para el colesterol, las píldoras para dormir, el medicamento para el dolor... Un estudio realizado entre afiliados a PAMI reveló que el 42 % de ellos consume mas de cinco medicamentos recetados a la vez. Esta cifra no incluye sin embargo fármacos de venta libre, lo que sugiere que el porcentaje real podría ser aún mayor
Conocido como “polifarmacia”, el fenómeno, que afecta en general a las personas mayores de 65 años, constituye un problema que viene creciendo y cuyo alcance resulta difícil de dimensionar. Y es que combinado con la automedicación, multiplica los riesgos de efectos adversos, caídas, confusiones y hospitalizaciones evitables, advierten especialistas.
“Más medicamentos no siempre significa más salud”, señala Carolina Díaz, directora Médica del Centro Hirsch, según el cual hasta el 60% de los argentinos mayores de 65 años toma más de cinco medicamentos al día.
Como explica la especialista, muchas veces se prescribe un nuevo fármaco para tratar los efectos indeseados de otro sin revisar la raíz del problema, generando así una “cascada de prescripciones”. Se trata de un círculo vicioso puede llevar a que los pacientes tomen medicación innecesaria y sufran complicaciones evitables.
A ello se suman interacciones peligrosas entre fármacos comunes. “El ibuprofeno combinado con enalapril (un medicamento indicado para tratar la hipertensión) puede afectar la función renal”, ejemplifica la médica resaltando la importancia del seguimiento profesional.
Frases como “me lo recomendó un vecino”, “lo vi en televisión” o “me quedó de la vez pasada” reflejan otra cara del problema: la automedicación. En personas mayores, esta práctica puede ser especialmente riesgosa, ya que los cambios fisiológicos del envejecimiento alteran la forma en que los medicamentos se absorben, distribuyen y eliminan en el organismo.
Frente a esto, familiares y cuidadores cumplen un papel clave, señala el doctor José Ricardo Jáuregui, presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría y director médico de We Care.
“Los cambios cognitivos o motrices que suelen aparecer con la edad dificultan el manejo autónomo de la medicación. La compañía y supervisión diaria son fundamentales para garantizar tratamientos seguros y eficaces”, explica Jáuregui.
La presencia de un acompañante en las consultas médicas permite mejorar la comunicación con los profesionales, informar antecedentes relevantes y asegurarse de que las indicaciones se comprendan correctamente. Además, facilita la organización en casa: el uso de pastilleros, alarmas o recordatorios puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y una confusión con consecuencias graves.
CÓMO REDUCIR RIESGOS
Los especialistas coinciden en que, aunque el fenómeno de la polifarmacia es complejo, existen estrategias sencillas que ayudan a reducir riesgos. Una de las más importantes es llevar siempre un listado actualizado de todos los medicamentos, incluyendo suplementos y productos de venta libre. De este modo, el médico puede tener una visión completa del tratamiento y evitar interacciones indeseadas.
También resulta fundamental que los adultos mayores no enfrenten solos sus consultas médicas. La presencia de un familiar o cuidador permite aportar información sobre antecedentes, alergias o dificultades en la administración, además de asegurarse de que las indicaciones queden claras y se cumplan en la práctica.
En la vida cotidiana, supervisar la toma de medicación puede ser decisivo, en especial cuando existen problemas de memoria o de motricidad. Herramientas simples como pastilleros organizadores, alarmas o recordatorios en el celular ayudan a prevenir confusiones y olvidos que pueden tener consecuencias graves.
Otra pauta esencial es consultar siempre con un profesional antes de agregar, suspender o reemplazar un medicamento. Aun los productos de venta libre o los suplementos naturales pueden generar interacciones peligrosas si se suman sin control al tratamiento habitual.
La polifarmacia no sólo afecta la calidad de vida de los adultos mayores, sino que también genera un fuerte impacto en el sistema de salud: más internaciones, más consultas de urgencia y mayor gasto sanitario. Por eso, los especialistas insisten en que se trata de una problemática de salud pública que requiere campañas de información, espacios de revisión periódica de tratamientos y protocolos claros de prescripción.
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