Minuto fatal: a River le arruinaron la noche

Con un gol agónico del ex Gimnasia, Rodrigo Castillo, Lanús le empató al Millonario en tiempo de descuento. Gonzalo Montiel había inaugurado el marcador en La Fortaleza

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River se fue masticando bronca. Porque tenía todo bajo control: el partido y el resultado. Después del gol de Gonzalo Montiel, el equipo de Marcelo Gallardo manejó los tiempos y justificaba el triunfo. Hasta todos lo saboreaban. Sin embargo, en el cuarto minuto del adicional, apareció el ex Gimnasia, Rodrigo Castillo, para ahogarle ese festejo y desatar la locura de los hinchas Granates. Fue 1-1, resultado que, en definitiva, le queda mejor a Lanús porque jamás se resignó y porque tuvo su premio tras varios intentos.

Los dos equipos se fueron al descanso sabiendo que quedaron en deuda en lo futbolístico. Lanús, quizás, fue el que terminó mostrando una faceta diferente a su rival, porque supo contener el circuito de juego del Millonario, y porque se dio cuenta que el secreto para lastimarlo estaba en los costados.

Mientras que el River, que presentó una formación casi diferente a la habitual (Gallardo preservó a varios de los titulares), no estuvo fino en las entregas. Tuvo dificultades a la hora de manejar a pelota, y no generó demasiadas opciones de peligro.

La chances más clara fue para Lanús, con un disparo del Toto Eduardo Salvio, a los 32, que fue desviado al córner por Franco Armani, otra vez, pilar de su equipo.

Y sobre el cierre del primer capítulo, River generó una chance muy clara en los pies de Colidio, que tras un tiro de esquina, recibió afuera del área y remató al medio del arco, donde encontró bien parado a Nahuel Losada.

Lanús se cerró bien en defensa y le quitó toda posibilidad de gol a un River que me faltó precisión en los últimos metros. A pesar de algunos cambios de nombres, intentó jugar con la simpleza de siempre, pero esta vez, no pudo cristalizarlo porque sus intentos prácticamente quedaron en la nada.

GALLARDo SE DIO CUENTA

Para afrontar la parte complementaria, Marcelo Gallardo movió el banco. Porque se dio cuenta que el equipo necesitaba tenencia de pelota y sorpresas en ataque.

Por eso mandó a la cancha al colombiano Juanfer Quintero y a Maximiliano Salas, con la intención de poder darle al equipo mayor peso ofensivo y profundidad en ataque.

El cafetero, enseguida, se hizo dueño de la pelota; mientras que el ex Racing le dio mayor peso ofensivo, después de un flojo primer tiempo de Miguel Borja.

Lanús mantuvo siempre su libreto. Con Moreno encargado de manejar los ataques; y con Alexis Segovia y el Toto Salvio para controlar la pelota y los tiempos.

A los 15, River estuvo cerca de abrir el marcador. Salas tomó la pelota a unos 20 metros del arco y logró sacar un disparo violento, aunque esta vez, Losada, a pesar del pique previo, metió el manotazo para desviarla al córner.

Tres minutos más tarde, avisó el Granate. Corrida por derecha de Rodrigo Castillo (ex Gimnasia), centro al corazón del área para la entrada de Agustín Cardozo, pero el envío se perdió sobre el travesaño.

El objetivo de River fue llevarse los tres puntos. Por eso Gallardo metió toda la carne en el asador y decidió el ingreso en el ataque a Sebastián Driussi para acompañar a Salas y ser el nexo con el colombiano Quintero.

Sin embargo, el Granate siguió haciendo lo suyo: recuperación rápida de la pelota y entrega a los costados, para que corran Castillo y Moreno.

Pero a River, los cambios le vinieron como anillo al dedo. Porque a los 32, llegó el primer grito de la noche. Centro pasado, al segundo palo, Galoppo la baja de cabeza, y Montiel, que venía de frente, la empujó al gol. Pero Lanús, cuando el partido se moría, llegó al empate gracias a Rodrigo Castillo.

Rodrigo Castillo llegó a su cuarta conquista en el torneo con la camiseta Granate

 

 

River

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