Sueño irregular: puede causar más de 170 enfermedades

Una investigación internacional con más de 88 mil personas reveló que no solo importa cuánto se duerme, sino también la estabilidad de los horarios y la calidad del descanso

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Un ambicioso estudio internacional acaba de revelar que no basta con dormir las horas recomendadas: la forma en que se duerme, especialmente la regularidad del sueño, tiene impacto en la salud. Basándose en registros objetivos de sueño recolectados mediante acelerómetros, los investigadores analizaron a 88 461 personas en el Reino Unido durante un promedio de 6,8 años. Lo sorprendente es que descubrieron relaciones significativas entre al menos uno de seis rasgos del sueño y 172 enfermedades distintas

El equipo utilizó dispositivos tipo pulsera para obtener datos precisos y cuantificables: cuánto duermen las personas, a qué hora se duermen, cuán estables son sus ritmos de actividad día tras día, cómo varían la intensidad del descanso entre el día y la noche y también cuántas veces se despiertan por la noche y qué tan eficiente es ese sueño

Esta aproximación objetiva permitió identificar no solo la duración del sueño, sino la calidad y consistencia real del mismo, algo que los estudios basados en encuestas tienden a pasar por alto.

Entre las asociaciones más llamativas se observa que acostarse después de la medianoche y media aumenta más de dos veces el riesgo de cirrosis hepática, mientras que una baja estabilidad diaria del sueño se relaciona con más de 2,6 veces más riesgos de padecer gangrena

En total, para casi la mitad de las enfermedades estudiadas (92 de ellas), más del 20 % del riesgo poblacional se atribuye a patrones de sueño desfavorables

“Estas enfermedades abarcan diversos sistemas, incluyendo problemas circulatorios como hipertensión y cardiopatías, afecciones digestivas como cirrosis y úlceras gástricas, trastornos metabólicos como diabetes tipo 2, enfermedades respiratorias como la EPOC, trastornos neurológicos como el Parkinson y problemas músculo‑esqueléticos como la artritis y la debilidad muscular asociada a la edad”.

Además, los investigadores pusieron en cuestión la idea popular de que dormir demasiadas horas sea perjudicial. Utilizando datos subjetivos, estudios anteriores habían asociado el sueño largo (más de 9 horas) con riesgo cardiovascular o accidente cerebrovascular. Sin embargo, este nuevo análisis objetivo encontró ese vínculo solo en un caso. Descubrieron que alrededor del 22 % de quienes reportaban dormir mucho realmente dormían menos de seis horas; pasaban más tiempo en la cama sin necesariamente lograr mayor descanso, lo que explica parte del sesgo en investigaciones previas

Para reforzar sus hallazgos, los autores replicaron cuatro asociaciones novedosas en una muestra independiente de Estados Unidos relacionadas con diabetes tipo 2, enfermedades respiratorias crónicas, fallo renal agudo y depresión. En todos esos casos se observó un vínculo con ritmos de sueño irregulares, y se detectó que marcadores inflamatorios como proteína C reactiva y conteo de glóbulos blancos también explican en parte esa relación

Estas conclusiones tienen un mensaje claro: mantener un horario constante para dormir y despertar podría ser tan o más importante que la cantidad de sueño. Dormir bien después de los 60, clave para vivir más y mejor

Este trabajo, publicado en junio de 2025 en Health Data Science por investigadores de la Universidad de Pekín y del Ejército Médico de China, representa uno de los análisis más completos hasta hoy sobre cómo el sueño afecta la salud a largo plazo

En resumen, el estudio sugiere pasar del enfoque tradicional centrado solo en las horas dormidas a una visión más amplia que considere la regularidad y calidad del sueño como elementos clave en la prevención de enfermedades crónicas.

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