Crece el escándalo de la pistola en el Grand Bell
Edición Impresa | 8 de Agosto de 2025 | 03:42

Con el correr de las horas, dentro del country Grand Bell de City Bell no se habla de otra cosa que del incidente que llevó a un martillero a agarrar del cuello al hijo adolescente de un funcionario judicial de Quilmes, molesto porque estuvo tirando pirotecnia en horas de la madrugada y no dejaba dormir a los vecinos. Incluso, según graficaron testigos, le puso una pistola 9 milímetros en la cabeza, para proferirle amenazas de muerte.
Quien denunció el caso fue el padre de la víctima, de quien se supo por fuentes de la pesquisa que, antes de asumir la función judicial, tuvo un paso por el Servicio Penitenciario bonaerense, entre enero de 2012 y agosto de 2013 y el Ministerio de Justicia provincial.
Siempre en base a los datos aportados por los mismos voceros, después pasó a trabajar en la profesión liberal como abogado de Cristóbal López y del Grupo Indalo, integró sociedades vinculadas y hasta supo alquilar el departamento donde vivió Cristina Fernández de Kirchner en Recoleta.
Respecto del incidente, el acusado, identificado como Tomás Fredriks (27), está sospechado de ser autor penalmente responsable de los delitos de “amenazas y lesiones leves”, en una causa que investiga la fiscal en turno de La Plata, Virginia Bravo, con conocimiento de la jueza de garantías Marcela Garmendia.
Por eso ya designó a dos reconocidos penalistas para que lo defiendan. Se trata de Alfredo Gascón y Miguel Molina, quienes, acreditada la propuesta en el expediente, podrán tener acceso a toda la prueba de cargo.
Se especula que lo sucedido quedó registrado en varias cámaras del predio y también en las domiciliarias, por lo que ese material ya está siendo relevado por personal policial.
Cabe recordar que la casa de Fredriks fue allanada y de allí secuestraron una pistola 9 milímetros y 166 municiones de idéntico calibre.
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