Firmeza para el DT y voto de confianza para pibes que estuvieron a la altura
Edición Impresa | 8 de Agosto de 2025 | 04:23

Martín Mendinueta
@firmamendinueta
La noche exigente terminó de la mejor manera para una versión de Estudiantes retocada por la necesidad. Guardando casi todo el partido a Guido Carrillo y obteniendo una buena respuesta de los juveniles Fabricio Pérez y Mikel Amondarain, el León de Domínguez se sacó de encima un compromiso de riesgo de manera convincente.
La gran virtud albirroja fue que el incómodo rival terminó impotente ante la solidez del dueño de casa.
intensidad ofensiva a pesar de algunas ausencias significativas
Sin Carrillo, Eric Meza, Santiago Núñez ni Tobio Burgos, el León no perdió la esencia de su apetito ofensivo y se adueñó del primer capítulo con total justicia.
Liderado por la zurda picante de Tiago Palacios y el compromiso de todos por involucrarse en función de ataque (Alario no aprovechó la oportunidad), el equipo no modificó la identidad que lo distingue. Lejos de volverse light, corrió, presionó y arrinconó a la Lepra mendocina hasta obligarlo dos veces a sacar del medio.
La lúcida definición de Fabricio Pérez y el certero cabezazo a la red de González Pírez le hicieron saber al huésped que no la pasaría bien en la horrible noche platense.
menos brillo y un sobresalto innecesario en el minuto final
El complemento fue menos atractivo y todo estuvo tranquilo hasta el minuto 45, cuando el VAR (correctamente) descubrió un injustificable penal (agresión mediante) de Gastón Benedetti. El gol de penal de Villa sólo decoró el resultado final con una apreciable dosis de angustia.
Los hinchas terminaron festejando el tercer triunfo consecutivo y, mientras cantaban, empezaron a palpitar el choque copero del próximo miércoles.
¿Quién hubiera dicho semanas atrás que el León iba a modificar tanto su actualidad?
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