Investigan una millonaria estafa cripto en La Plata

Según se denunció, una maniobra piramidal ya habría atrapado a más de 190 inversores por un total superior a 250.000 dólares

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En el nuevo mapa del delito, ya no hacen falta pasamontañas ni armas de fuego. Parece ser que solo basta con una pantalla y un discurso seductor para que cientos de personas queden atrapadas en la red.

Un abogado platense pudo dar fe de esta dura realidad. Es que, tras depositar su confianza y sus ahorros en una plataforma digital de inversiones en criptomonedas, terminó convertido en víctima de una maniobra fraudulenta que hoy se investiga como una estafa piramidal de alcance masivo.

La escena no transcurrió en una calle oscura ni en un domicilio violentado, sino en el terreno intangible del ciberespacio.

Allí, bajo la fachada de un negocio legítimo, los denunciados prometían multiplicar el capital en cuestión de meses, amparándose en supuestas operaciones financieras automatizadas.

Al principio, todo parecía real: las cuentas mostraban un saldo positivo, el espejismo de una rentabilidad extraordinaria.

Pero, de un día para el otro, como un truco de magia sin retorno, el dinero se evaporó sin dejar rastro.

Según pudo saber este diario, además de su confianza, el abogado había depositado en esta cuenta un total de 5.000 dólares. Prácticamente la totalidad de su patrimonio personal.

Pero lo que perdió solo sería la punta del iceberg de una cifra mucho más abultada que estaría conformada por la confianza y el dinero de varios cientos de víctimas.

El cálculo general trepa a más de 250.000 dólares en perjuicio de unos 190 inversores. Los investigadores sospechan que se trata de un esquema diseñado para seducir con ganancias rápidas, exhibir lujos en redes sociales y sostener la ilusión con grupos exclusivos de WhatsApp y Telegram, hasta que la burbuja se rompe y todo el capital desaparece.

El caso ya tiene carátula: estafa reiterada y asociación ilícita. Entre las pruebas figuran chats, capturas de pantalla, publicaciones promocionales y hasta domicilios vinculados a los acusados.

El fiscal interviniente evalúa medidas urgentes, entre ellas el congelamiento de cuentas y allanamientos para impedir que los responsables dispongan del botín y continúen seduciendo a nuevos incautos.

Mientras tanto, la investigación se mueve contrarreloj, porque cada día que pasa puede significar un nuevo damnificado que, detrás de la promesa del éxito financiero, termine viendo desvanecerse sus ahorros en la penumbra digital.

La estafa que sufrió el abogado y otros casi 200 inversores remite de forma ineludible a la situación que en octubre del año pasado sacudió a la ciudad de San Pedro, donde se estima que unas 20 mil personas —casi un tercio de la población— invirtieron sus ahorros en una supuesta financiera de criptomonedas que ofrecía ganancias fabulosas.

La ilusión de retornos rápidos y extraordinarios se desmoronó cuando los ahorristas comenzaron a notar que el dinero no regresaba y que las promesas de rentabilidad eran parte de un esquema de estafa piramidal, sostenido con la incorporación constante de nuevos incautos.

 

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