Gimnasia se cansó, tardó en cambiar y quedó vacío
Edición Impresa | 20 de Septiembre de 2025 | 03:10

@firmamendinueta
Gimnasia perdió en el Bajo Flores porque cometió el pecado de jugar un buen rato cansado ante un rival preparado como pocos para el combate y la fricción permanentes. El técnico Orfila demoró en hacer los cambios y recién tomó las decisiones que le reclamaba el trámite de las acciones cuando su equipo ya estaba abajo en el marcador.
La intensidad, principal atributo del dueño de casa, terminó inclinando a su favor un trámite parejo donde el Lobo mostró cambios interesantes. Haber jugado soportando el desgaste físico en el cuarto de hora inicial del complemento resultó fatal para esta formación tripera a la que no le sobra nada.
El DT, quien armó un buen esquema para contener al áspero oponente, careció de reflejos cuando sus dirigidos perdieron la dinámica que había entusiasmado. Correr menos que el rival es un lujo que Gimnasia no puede darse.
La ingenuidad de creer que tenía todo controlado lo hizo caer en la trampa. En una jugada “sucia” le quedó la pelota a Céliz y el capitán, de frente al arco de Insfrán, no perdonó.
esquema nuevo en la defensa y más dinámica en el mediocampo
Los ingresos como titulares de Augusto Max y Bautista Merlini le dieron una impronta diferente al juego hacia adelante de los mediocampistas.
Sin Jeremías Merlo, Manuel Panaro y Nicolás Garayalde (suspendido), Alejandro Orfila apostó por otra dinámica y un esquema táctico ideado para contrarrestar el rigor físico de uno de los equipos más ásperos del fútbol argentino.
Fue todo un acierto: Augusto Max jugó bastante mejor del nivel que arrastraba Nicolás Garayalde
La línea de cinco defensores le brindó mayor fortaleza en el juego aéreo porque Germán Contí ganó seguido en esa faceta. De todos modos se hizo notar la falta de coordinación con Giampaoli y Suso en algunos pases filtrados, especialmente durante los minutos iniciales.
notable bajón en el segundo tiempo y reflejos tardíos del DT
El gol de Milton Céliz le provocó un daño irreparable a Gimnasia. El acierto a la red agrandó al tan modesto como combativo anfitrión y hundió al visitante en un cansancio que se hizo evidente.
Orfila tardó en advertir la notoria merma de su equipo y recién en el minuto veinte ordenó las primeras variantes.
Gimnasia regresó a la ciudad sintiéndose vacío.
El entrenador eligió rápido a Gastón Suso como capitán y referente, pero se impone un replanteo. Ayer fue el más flojo de los zagueros y ya lleva varias fechas en ese nivel poco confiable.
Conti puede darle otra imagen y mayor seguridad.
Augusto Max marca más y mejor que Garayalde. Su presencia representó el acierto más evidente porque vigorizó la fisonomía de todo el mediocampo.
Bautista Merlini hizo un buen trabajo en el primer tiempo, luego se “apagó” porque no aguantó el ritmo sin respiro que propuso Riestra.
Gimnasia no fue un desastre, aunque eso no lo exime de otra revisión profunda de sus carencias, sobre todo en ataque.
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