Vender entradas a desconocidos para “bancar” la fiesta de bodas, la nueva tendencia
Edición Impresa | 21 de Septiembre de 2025 | 02:07

Hay una nueva tendencia en casamientos que arrasa Europa: las parejas venden entradas de boda a perfectos desconocidos para ayudar a cubrir los costos crecientes de estos eventos trascendentales. Katia Lekarski, quien fundó Invitin a principios de este año, tuvo la idea de vender entradas para bodas mientras alquilaba su casa en el sureste de Francia a algunas personas que asistían a una. Su hija de cinco años preguntó: “¿Por qué no nos invitan a las bodas también?”. Y entonces lo comprendió: hay otras personas que simplemente no son invitadas a bodas tanto como quisieran, así que ¿qué tal si pudiera vender eso como un servicio? Ayudaría a los recién casados a cubrir parte de los gastos de organización de una boda y ganaría una comisión. Ahora, Invitin tiene varias parejas dispuestas a vender entradas para su boda en la plataforma, y mucha gente dispuesta a pagar cientos de euros para asistir. “Me pareció interesante vender entradas para tu boda a desconocidos”, declaró Laurène, quien pagó para asistir al casamiento de algunos desconocidos, al diario The Guardian. “No tengo una familia numerosa, así que no suelo ir a muchas bodas. Es genial poder vivir una boda y diferentes tradiciones, incluso con desconocidos. Tengo muchas ganas de ver la decoración y la música, y vamos a bailar de fiesta”. En cuanto a las parejas que venden las entradas, algunas lo hacen por dinero (al fin y al cabo, las bodas no son precisamente baratas), pero otras afirman que es más por la experiencia. Jennifer, de 48 años, y su esposo, Paulo, de 50, planean invitar a cerca de 100 familiares y amigos (80 adultos y 15 niños) a su boda en una casa de campo a una hora en auto de París, pero pensaron que sería interesante que participaran algunos desconocidos. “Pensé: ‘¡Guau, qué pasada!’ tener gente que no conoces en tu boda”, dijo Jennifer. Los invitados, en tanto, deben cumplir normas estrictas, como vestir apropiadamente, llegar puntualmente, beber con moderación y compartir fotos del evento solo con autorización. Francia no es el único país donde el modelo de bodas de pago está ganando terreno. En Italia, la empresa Wedding Privè cobra hasta 5.000 euros por asistir a bodas tradicionales como una especie de experiencia de lujo, mientras que los precios de las entradas de la startup francesa Invitin varían entre 150 y 400 euros por invitado.
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