Leyó “rebaja en la factura de luz” y le sacaron todo
Edición Impresa | 6 de Septiembre de 2025 | 03:28

Un nuevo episodio de fraude digital volvió a dejar en jaque a un ciudadano platense. En esta oportunidad, una mujer jubilada de 63 años fue víctima de una maniobra de estafa cuidadosamente planificada y ejecutada que terminó con la pérdida de casi la totalidad de sus ahorros.
La secuencia comenzó el pasado 3 de septiembre, alrededor de las 20:40, cuando observó en redes sociales un aviso que prometía descuentos especiales para jubilados a nombre de la empresa prestataria del servicio eléctrico en la Región, Edelap.
El mensaje, que parecía legítimo, incluía el logo de la empresa y fue la puerta de entrada al engaño.
La víctima relató que fue contactada por WhatsApp desde un número que se presentaba como oficial y que, en tono convincente, le indicó descargar una aplicación para acceder al supuesto beneficio.
Una vez instalada, sin que lo advirtiera, esa aplicación le dio a los estafadores el control remoto de su teléfono.
En pocos segundos, la situación se volvió insólita y aterradora. Si bien los hampones le solicitaron amablemente que “diera vuelta su teléfono así captaba mejor señal” la curiosidad pudo más y decidió desoír el pedido.
Cuando desbloqueó su teléfono pudo ver cómo “se movía sola” la pantalla de su teléfono. La mayoría de los movimientos se desarrollaron en la aplicación del Banco. Todo, mientras comprendía que alguien más operaba sobre su propia cuenta.
La maniobra fue precisa y se ejecutó en un lapso de unos pocos minutos.
A las 20:40 se registró una transferencia no autorizada y, entre las 20:52 y las 20:58, los delincuentes concretaron cuatro extracciones en cajeros automáticos.
En ese momento, la mujer quedó sin batería en el celular, lo que cortó la comunicación y le impidió frenar la maniobra.
Recién más tarde, junto a su hija, confirmó lo ocurrido: el dinero ya no estaba. La sensación de impotencia y vulnerabilidad fue total.
Los investigadores señalan que el engaño forma parte de una modalidad creciente, donde los delincuentes se hacen pasar por empresas de servicios o entidades bancarias, utilizando anuncios falsos como gancho.
En este caso, quedaron como pistas el número de teléfono desde el cual se hizo el contacto, los registros de los movimientos bancarios y las capturas de pantalla de las operaciones.
La causa fue caratulada como fraude informático y ahora se busca identificar a los responsables, que actuaron con una precisión quirúrgica, propia de quien se dedica desde hace mucho tiempo a ello, para vaciar la cuenta de la víctima en cuestión de minutos.
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