Un inmenso apagón causó caos en el este de Estados Unidos
Nueva York y otras ciudades quedaron paralizadas por el corte que también afectó a Canadá
| 15 de Agosto de 2003 | 00:00

NUEVA YORK, Estados Unidos.- Un gigantesco
apagón paralizó ayer a Nueva York y otras ciudades del este de Estados
Unidos y el sureste de Canadá, debido a la caída de un rayo en una
usina del río Niágara generando un verdadero caos y escenas de temor
por la posibilidad de un acto terrorista, que rápidamente fue descartado.
El hecho ocurrió a las 16,11 hs. (17,11 en Argentina), lo que provocó que unos 40 mil policías fueron desplegados rápidamente en la región de Nueva York, asfixiada por una ola de calor que superaba los 30 grados centígrados.
Las autoridades de la Comisión Federal de Reglamentación de la Energía (FERC), destacaron que luego de la falla original se produjo una especie de "reacción en cadena", debido a las exigencias a que estaba sometido el sistema eléctrico a causa de las altas temperaturas.
Millones de personas se volcaron a las calles en Nueva York y otras grandes ciudades norteamericanas, a pocos días de que se recuerden los dos años de los atentados del 11 de setiembre contra las torres gemelas y el Pentágono que aún conmueve a los habitantes de la ciudad.
El desperfecto afectó el servicio de electricidad en unos 25.000 kilómetros cuadrados y dejó sin suministro a millones de personas en una amplia franja del noreste de Estados Unidos -que se extiende hacia el oeste hasta Ohio y Michigan- y en ciudades canadienses del sur.
En Toronto, la ciudad más grande de Canadá, los trabajadores salieron rápidamente de los edificios. También hubo apagones generalizados en Ottawa, la capital.
La energía eléctrica comenzó a regresar en algunas ciudades norteamericanas mientras anochecía, pero las autoridades dijeron que la reanudación completa del servicio podría demorarse durante varias horas.
GIGANTESCO CAOS
Mientras tanto miles de personas quedaron atrapadas en los trenes subterráneos, hubo que cerrar plantas nucleares de generación de energía en Ohio y el estado de Nueva York y las calles quedaron repletas de trabajadores que salían de las acaloradas oficinas y en muchos casos no tenían medios de transportes para regresar a sus hogares.
Los semáforos quedaron apagados en todo el centro de Nueva York, Cleveland y otras ciudades importantes, por lo que se produjo un tránsito caótico a la hora de salida de las oficinas y obligó a los estados de Nueva York y a Nueva Jersey a declararse en estado de emergencia.
En la ciudad de Nueva York, los trenes subterráneos, los ascensores y aeropuertos, se quedaron sin electricidad o tuvieron que funcionar con suministros limitados de energía eléctrica proporcionada por generadores de emergencia. Miles de personas salieron a las calles del Bajo Manhattan soportando temperaturas de hasta 32 grados centígrados y algunos pasajeros que viajaban en trenes subterráneos se quedaron atrapados durante horas.
Hubo también apagones en el norte de Nueva Jersey y en algunas poblaciones del estado de Vermont. En Connecticut, el servicio de trenes de pasajeros quedó fuera de servicio.
Los apagones se parecieron a los ocurridos en el oeste de Estados Unidos, en especial en California el 11 de agosto de 1996, cuando el calor, algunos cables debilitados y una demanda eléctrica poco común provocó un apagón que afectó a cuatro millones de personas en nueve estados, uno de los más graves en la historia de Estados Unidos.
En Washington, el departamento de Salud y Servicios Humanos dijo que la mayor preocupación para la salud era que la gente sufra las altas temperaturas y se deshidrate.
En Nueva York, las cadenas de televisión mostraban imágenes de multitudes en las calles que intentaban caminar hasta sus casas. Según otros testimonios, los responsables de seguridad en los edificios están vigilando a las personas e informándoles que las alarmas no han anunciado incendios.
El hecho ocurrió a las 16,11 hs. (17,11 en Argentina), lo que provocó que unos 40 mil policías fueron desplegados rápidamente en la región de Nueva York, asfixiada por una ola de calor que superaba los 30 grados centígrados.
Las autoridades de la Comisión Federal de Reglamentación de la Energía (FERC), destacaron que luego de la falla original se produjo una especie de "reacción en cadena", debido a las exigencias a que estaba sometido el sistema eléctrico a causa de las altas temperaturas.
Millones de personas se volcaron a las calles en Nueva York y otras grandes ciudades norteamericanas, a pocos días de que se recuerden los dos años de los atentados del 11 de setiembre contra las torres gemelas y el Pentágono que aún conmueve a los habitantes de la ciudad.
El desperfecto afectó el servicio de electricidad en unos 25.000 kilómetros cuadrados y dejó sin suministro a millones de personas en una amplia franja del noreste de Estados Unidos -que se extiende hacia el oeste hasta Ohio y Michigan- y en ciudades canadienses del sur.
En Toronto, la ciudad más grande de Canadá, los trabajadores salieron rápidamente de los edificios. También hubo apagones generalizados en Ottawa, la capital.
La energía eléctrica comenzó a regresar en algunas ciudades norteamericanas mientras anochecía, pero las autoridades dijeron que la reanudación completa del servicio podría demorarse durante varias horas.
GIGANTESCO CAOS
Mientras tanto miles de personas quedaron atrapadas en los trenes subterráneos, hubo que cerrar plantas nucleares de generación de energía en Ohio y el estado de Nueva York y las calles quedaron repletas de trabajadores que salían de las acaloradas oficinas y en muchos casos no tenían medios de transportes para regresar a sus hogares.
Los semáforos quedaron apagados en todo el centro de Nueva York, Cleveland y otras ciudades importantes, por lo que se produjo un tránsito caótico a la hora de salida de las oficinas y obligó a los estados de Nueva York y a Nueva Jersey a declararse en estado de emergencia.
En la ciudad de Nueva York, los trenes subterráneos, los ascensores y aeropuertos, se quedaron sin electricidad o tuvieron que funcionar con suministros limitados de energía eléctrica proporcionada por generadores de emergencia. Miles de personas salieron a las calles del Bajo Manhattan soportando temperaturas de hasta 32 grados centígrados y algunos pasajeros que viajaban en trenes subterráneos se quedaron atrapados durante horas.
Hubo también apagones en el norte de Nueva Jersey y en algunas poblaciones del estado de Vermont. En Connecticut, el servicio de trenes de pasajeros quedó fuera de servicio.
Los apagones se parecieron a los ocurridos en el oeste de Estados Unidos, en especial en California el 11 de agosto de 1996, cuando el calor, algunos cables debilitados y una demanda eléctrica poco común provocó un apagón que afectó a cuatro millones de personas en nueve estados, uno de los más graves en la historia de Estados Unidos.
En Washington, el departamento de Salud y Servicios Humanos dijo que la mayor preocupación para la salud era que la gente sufra las altas temperaturas y se deshidrate.
En Nueva York, las cadenas de televisión mostraban imágenes de multitudes en las calles que intentaban caminar hasta sus casas. Según otros testimonios, los responsables de seguridad en los edificios están vigilando a las personas e informándoles que las alarmas no han anunciado incendios.
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