San Lorenzo 2008: el año arrancó con ilusiones y terminó con una gran decepción
El Ciclón no pudo ganar ninguno de los cuatro torneos que disputó. El Centenario, la alegría
| 30 de Diciembre de 2008 | 01:00

Por JORGE MUSCIO
El Proyecto Centenario que San Lorenzo puso en marcha a principios de año ya quedó atrás, aunque sin la obtención de ninguna de las metas previstas. En el primer semestre, bajo la batuta de Ramón Díaz, el Ciclón se quedó afuera de la Copa Libertadores (el máximo objetivo del año) en cuartos de final y el torneo Clausura lo terminó en la cuarta posición. Como consecuencia directa de esa frustración, se produjo una movida de fondo que empezó con la salida del riojano de la conducción técnica del plantel siendo reemplazado Miguel Angel Russo.
Pero la segunda mitad del año tampoco tuvo los frutos deseados, ya que en la Copa Sudamericana los santos quedaron eliminados en la primera ronda. Mientras que en el torneo Apertura la decepción fue aún mayor, ya que después de terminar primero (por diferencia de gol sobre Boca y Tigre, con los que compartió la punta) San Lorenzo quedó tercero en el triangular final, pese a que en definitiva no dio la vuelta olímpica por un gol.
El año del centenario sanlorencista arrancó con la ilusión bien arriba con las contrataciones de Gonzalo Bergessio, Diego Placente y Andrés D'Alessandro con quienes el Pelado Díaz reforzó el plantel campeón para afrontar la Copa Libertadores con posibilidades de ser uno de los equipos protagonistas. Sin embargo las cosas no le resultaron fáciles, ya que recién en el tercer partido consiguió el primer triunfo: fue en la altura de Potosí al revertir el 2 a 0 con goles de Bernardo Romeo, Cristian Chávez y Aureliano Torres, de penal.
REACCION FUTBOLISTICA
De ahí en más San Lorenzo revivió futbolísticamente, pero no fue sino hasta la última fecha de la fase de grupos cuando consiguió el pasaje a los octavos de final donde lo iba a esperar River. En el partido de ida contra los millonarios el Ciclón se quedó con el triunfo (2 a 1) y el recordado 8 de mayo, el día del silencio atroz del Monumental, selló su pase a cuartos al igualar con nueve jugadores (por expulsión de Rivero y Bottinelli) con dos anotaciones de Bergessio, tras ir perdiendo. Acaso marcando el momento más feliz del año para los cuervos.
Pero en la antesala de las semifinales San Lorenzo se cruzó con la Liga Deportiva Universitaria de Quito, que al final del torneo se consagraría como campeón, y quedó eliminado. En el Nuevo Gasómetro (la noche en la que Agustín Orión quiso hacer jueguito y en la que Andrés Silvera se perdió "el" gol que hubiera significado el triunfo azulgrana) el partido de ida finalizó igualado (1 a 1). Una semana después, en la altura de la capital ecuatoriana, se repitió el resultado y al equipo de Ramón Díaz le tocó saborear la amarga eliminación por penales, poniéndole fin al sueño copero de todos los sanlorencistas.
Paralelamente, al quedar eliminado de la Libertadores, a San Lorenzo le quedaba gastar los últimos cartuchos en el torneo Apertura. Pero por entonces los problemas internos entre el plantel y el cuerpo técnico tomaron estado público y al hacerse insalvables el riojano presentó la renuncia a su cargo. Por lo que los dos últimos partidos del torneo fueron dirigidos interinamente por Norberto Batista.
VUELTA DE PAGINA
Para mitigar el dolor y olvidar la gran frustración del primer semestre, Rafael Savino y Marcelo Tinelli redoblaron su apuesta para hacer foco en el torneo Apertura y en la Copa Sudamericana. Para eso, si bien Andrés D'Alessandro y Diego Placente optaron por abandonar la institución antes de que vencieran sus préstamos, el esfuerzo económico estuvo orientado a repatriar a dos viejos conocidos como son Cristian Ledesma y Pablo Barrientos y al ex riverplatense Santiago Solari. Al tiempo que pudieron convencer a Gonzalo Bergessio para que se quede hasta fin de año.
De todas formas el arranque de Miguel Russo fue poco alentador, ya que en la primera fase quedó al margen de la Sudamericana. Justo cuando parecía que los fantasmas volvían a sobrevolar el Nuevo Gasómetro, tras la derrota inicial con Tigre, San Lorenzo comenzó a levantar cabeza con las victorias ante Godoy Cruz, en Mendoza, y de local contra Estudiantes más el empate a cero en el Monumental con River.
Al tener que afrontar una sola competición, Russo tuvo más tiempo para trabajar y centrarse en el campeonato de la AFA. Y tras el primer receso que sufrió el certamen, por la disputa de las eliminatorias mundialistas, el Ciclón metió una serie de seis victorias en serie ante Rosario Central (2 a 1), Banfield (3 a 1), Colón (3 a 0), Arsenal (2 a 0), Vélez (1 a 0) y San Martín (1 a 0) en el mejor pasaje de San Lorenzo durante el Apertura. El mismo que lo llevó a ponerse primero a cinco puntos de Tigre y ocho de Boca.
CAIDA Y SUBIDA
Pero de ahí en más San Lorenzo empezó a sufrir. Sus jugadores cayeron en un bajón futbolístico, físico y anímico que los llevó a consumir la ventaja que tenían en tan solo una semana con la derrota ante Racing (2 a 1), la igualdad con Gimnasia La Plata (1 a 1) y la caída ante Boca (1 a 0). Recién con el triunfo frente a Gimnasia de Jujuy ( 2 a 1) sumó otra vez de a tres pero para entonces ya era acosado por sus dos perseguidores.
Para peor en el Coloso del Parque Independencia desaprovechó la mejor oportunidad para despegarse de nuevo al igualar en tres goles con Newell's, pese a estar primero 2 a 0 y después 3 a 1 en ventaja. El viaje de regreso de Rosario no fue el mejor, aunque las chances no se habían perdido del todo. Pero una semana después San Lorenzo recibió un mazazo muy fuerte cuando Lanús lo vapuleó con un 3 a 1 que lo bajó de la punta.
A tres fechas del final, después de estar once fechas puntero, San Lorenzo ya no dependía de sus propios resultados. Pero gracias a los tres triunfos consecutivos y a la irregularidad de Boca y Tigre terminó igualando la primera posición con ellos dos, aunque por diferencia de gol quedó por encima de ambos.
TRIANGULAR DEFINITORIO
Para arribar a esa instancia final, San Lorenzo despachó a Huracán en el clásico más largo de la historia (empezó un sábado 1 a 0 para el Globo y por la lluvia terminó al martes siguiente 4 a 1 para los santos), le dio una clase de fútbol a Independiente (4 a 1) y llegó a la última fecha con la obligación de ganarle a Argentinos en el difícil estadio de La Paternal. Lo que finalmente hizo por 1 a 0.
De esa forma, se armó el triangular final con Tigre y Boca. San Lorenzo arrancó con todo con los de Victoria, en el estadio José Amalfitani, a los que derrotó 2 a 1 con un polémico arbitraje de Saúl Laverni. Pero en vez de ser Tigre el que enfrentaba a los xeneizes por haber perdido, el sorteo determinó que fuese el Ciclón el rival de los xeneizes. Y con muestras evidentes del desgaste físico, San Lorenzo cayó ante Boca por 3 a 1 quedando eliminado y con las manos vacías.
De esta manera, pese al esfuerzo económico realizado los sanlorencistas terminaron el año en el que festejaron el centenario de la fundación de su club con una mezcla rara de decepción y bronca, sin poder festejar un título más o ver una copa más en sus vitrinas.
El Proyecto Centenario que San Lorenzo puso en marcha a principios de año ya quedó atrás, aunque sin la obtención de ninguna de las metas previstas. En el primer semestre, bajo la batuta de Ramón Díaz, el Ciclón se quedó afuera de la Copa Libertadores (el máximo objetivo del año) en cuartos de final y el torneo Clausura lo terminó en la cuarta posición. Como consecuencia directa de esa frustración, se produjo una movida de fondo que empezó con la salida del riojano de la conducción técnica del plantel siendo reemplazado Miguel Angel Russo.
Pero la segunda mitad del año tampoco tuvo los frutos deseados, ya que en la Copa Sudamericana los santos quedaron eliminados en la primera ronda. Mientras que en el torneo Apertura la decepción fue aún mayor, ya que después de terminar primero (por diferencia de gol sobre Boca y Tigre, con los que compartió la punta) San Lorenzo quedó tercero en el triangular final, pese a que en definitiva no dio la vuelta olímpica por un gol.
El año del centenario sanlorencista arrancó con la ilusión bien arriba con las contrataciones de Gonzalo Bergessio, Diego Placente y Andrés D'Alessandro con quienes el Pelado Díaz reforzó el plantel campeón para afrontar la Copa Libertadores con posibilidades de ser uno de los equipos protagonistas. Sin embargo las cosas no le resultaron fáciles, ya que recién en el tercer partido consiguió el primer triunfo: fue en la altura de Potosí al revertir el 2 a 0 con goles de Bernardo Romeo, Cristian Chávez y Aureliano Torres, de penal.
REACCION FUTBOLISTICA
De ahí en más San Lorenzo revivió futbolísticamente, pero no fue sino hasta la última fecha de la fase de grupos cuando consiguió el pasaje a los octavos de final donde lo iba a esperar River. En el partido de ida contra los millonarios el Ciclón se quedó con el triunfo (2 a 1) y el recordado 8 de mayo, el día del silencio atroz del Monumental, selló su pase a cuartos al igualar con nueve jugadores (por expulsión de Rivero y Bottinelli) con dos anotaciones de Bergessio, tras ir perdiendo. Acaso marcando el momento más feliz del año para los cuervos.
Pero en la antesala de las semifinales San Lorenzo se cruzó con la Liga Deportiva Universitaria de Quito, que al final del torneo se consagraría como campeón, y quedó eliminado. En el Nuevo Gasómetro (la noche en la que Agustín Orión quiso hacer jueguito y en la que Andrés Silvera se perdió "el" gol que hubiera significado el triunfo azulgrana) el partido de ida finalizó igualado (1 a 1). Una semana después, en la altura de la capital ecuatoriana, se repitió el resultado y al equipo de Ramón Díaz le tocó saborear la amarga eliminación por penales, poniéndole fin al sueño copero de todos los sanlorencistas.
Paralelamente, al quedar eliminado de la Libertadores, a San Lorenzo le quedaba gastar los últimos cartuchos en el torneo Apertura. Pero por entonces los problemas internos entre el plantel y el cuerpo técnico tomaron estado público y al hacerse insalvables el riojano presentó la renuncia a su cargo. Por lo que los dos últimos partidos del torneo fueron dirigidos interinamente por Norberto Batista.
VUELTA DE PAGINA
Para mitigar el dolor y olvidar la gran frustración del primer semestre, Rafael Savino y Marcelo Tinelli redoblaron su apuesta para hacer foco en el torneo Apertura y en la Copa Sudamericana. Para eso, si bien Andrés D'Alessandro y Diego Placente optaron por abandonar la institución antes de que vencieran sus préstamos, el esfuerzo económico estuvo orientado a repatriar a dos viejos conocidos como son Cristian Ledesma y Pablo Barrientos y al ex riverplatense Santiago Solari. Al tiempo que pudieron convencer a Gonzalo Bergessio para que se quede hasta fin de año.
De todas formas el arranque de Miguel Russo fue poco alentador, ya que en la primera fase quedó al margen de la Sudamericana. Justo cuando parecía que los fantasmas volvían a sobrevolar el Nuevo Gasómetro, tras la derrota inicial con Tigre, San Lorenzo comenzó a levantar cabeza con las victorias ante Godoy Cruz, en Mendoza, y de local contra Estudiantes más el empate a cero en el Monumental con River.
Al tener que afrontar una sola competición, Russo tuvo más tiempo para trabajar y centrarse en el campeonato de la AFA. Y tras el primer receso que sufrió el certamen, por la disputa de las eliminatorias mundialistas, el Ciclón metió una serie de seis victorias en serie ante Rosario Central (2 a 1), Banfield (3 a 1), Colón (3 a 0), Arsenal (2 a 0), Vélez (1 a 0) y San Martín (1 a 0) en el mejor pasaje de San Lorenzo durante el Apertura. El mismo que lo llevó a ponerse primero a cinco puntos de Tigre y ocho de Boca.
CAIDA Y SUBIDA
Pero de ahí en más San Lorenzo empezó a sufrir. Sus jugadores cayeron en un bajón futbolístico, físico y anímico que los llevó a consumir la ventaja que tenían en tan solo una semana con la derrota ante Racing (2 a 1), la igualdad con Gimnasia La Plata (1 a 1) y la caída ante Boca (1 a 0). Recién con el triunfo frente a Gimnasia de Jujuy ( 2 a 1) sumó otra vez de a tres pero para entonces ya era acosado por sus dos perseguidores.
Para peor en el Coloso del Parque Independencia desaprovechó la mejor oportunidad para despegarse de nuevo al igualar en tres goles con Newell's, pese a estar primero 2 a 0 y después 3 a 1 en ventaja. El viaje de regreso de Rosario no fue el mejor, aunque las chances no se habían perdido del todo. Pero una semana después San Lorenzo recibió un mazazo muy fuerte cuando Lanús lo vapuleó con un 3 a 1 que lo bajó de la punta.
A tres fechas del final, después de estar once fechas puntero, San Lorenzo ya no dependía de sus propios resultados. Pero gracias a los tres triunfos consecutivos y a la irregularidad de Boca y Tigre terminó igualando la primera posición con ellos dos, aunque por diferencia de gol quedó por encima de ambos.
TRIANGULAR DEFINITORIO
Para arribar a esa instancia final, San Lorenzo despachó a Huracán en el clásico más largo de la historia (empezó un sábado 1 a 0 para el Globo y por la lluvia terminó al martes siguiente 4 a 1 para los santos), le dio una clase de fútbol a Independiente (4 a 1) y llegó a la última fecha con la obligación de ganarle a Argentinos en el difícil estadio de La Paternal. Lo que finalmente hizo por 1 a 0.
De esa forma, se armó el triangular final con Tigre y Boca. San Lorenzo arrancó con todo con los de Victoria, en el estadio José Amalfitani, a los que derrotó 2 a 1 con un polémico arbitraje de Saúl Laverni. Pero en vez de ser Tigre el que enfrentaba a los xeneizes por haber perdido, el sorteo determinó que fuese el Ciclón el rival de los xeneizes. Y con muestras evidentes del desgaste físico, San Lorenzo cayó ante Boca por 3 a 1 quedando eliminado y con las manos vacías.
De esta manera, pese al esfuerzo económico realizado los sanlorencistas terminaron el año en el que festejaron el centenario de la fundación de su club con una mezcla rara de decepción y bronca, sin poder festejar un título más o ver una copa más en sus vitrinas.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE