Así, será difícil el protagonismo

El equipo sufrió una peligrosa involución en su rendimiento

EL CABEZAZO, COMO EL QUE INTENTA EL CAPITAN DESABATO, FUE POBRE EN LAS DOS AREAS AYER. UN DATO MAS QUE LLAMATIVO

Arrancó difícil esta historia para Estudiantes. El equipo pedaleó en falso en el debut del torneo Final, y su producción llegó a preocupar, y bastante, a propios y extraños.

Hasta su técnico, Diego Cagna, por lo general muy medido a la hora de formular declaraciones, admitió sin tapujo alguno que a su equipo no tuvo “actitud ni ganas” lo que, se sabe, por lo general siempre suena, y potenciado, en los oídos de los propios jugadores.

Está claro que Estudiantes jugó muy mal y que Tigre, que había arrancado errático y que asomaba casi sin futuro ayer en el estadio de 32 y 25, de pronto produjo un vuelco rotundo en las acciones en base a juego, predisposición y una gran contundencia.

El equipo local, de a poco, fue extraviando esa intención de protagonismo del inicio, se fueron opacando sus ideas, empezó a hacer agua en el medio y, cada vez que era atacado, el fondo era un verdadero tembladeral.

Y por si fuera poco todo eso, mediaron los errores del Gori Silva, y el conjunto de Victoria dio vuelta todo: el trámite y el resultado.

El partido ante San Lorenzo, de una semana tras, había encendido una luz de alarma. Ya Estudiantes había dejado al descubierto problemas de funcionamiento, como también de concentración y carencia de juego asociado (ayer, por caso, no tuvo pase entre líneas durante toda la tarde) y todo eso se potenció aún más ante el equipo de Victoria.

Pero si hay algo que resulta más llamativo aún, son los problemas que tiene Estudiantes cuando le caen centro en su propia área. Ni hablar en la contraria. Porque en las dos, ganaron ayer los jugadores rivales.

Esto resulta algo impropio de un equipo albirrojo que siempre hizo gala de manejarse, y muy bien, en ese aspecto del juego.

La caída en el complemento fue vertical. Y cada contragolpe de Tigre era una posibilidad cierta de gol. Increíble.

Otro dato a tener en cuenta es que ni los cambios que ensayó Cagna sirvieron para levantar un nivel de juego que ya se había venido a pique, ni resultó siquiera un incentivo el penal que Silva le tapó abajo a Díaz.

Sin refuerzos de jerarquía para afrontar el torneo, y los que llegaron no han podido siquiera ir al banco, Estudiantes pretende ahora salir definitivamente de aquella transición de la que tanto se habló con el mismo plantel. Se esperaba entonces que, tanto de lo táctico como de lo estratégico, Estudiantes exhibiera ahora otros conceptos que pudieran potenciar lo que ya venía manejando, pero esto no se ha vislumbrado. A lo mejor quedaron en el olvido y puedan ser refrescados en la charla grupal de mañana.

Estaban avisados
Los jugadores de Estudiantes estaban avisados del poderío del juego aéreo de Tigre, pero ni aún así lo pudieron neutralizar y lo terminaron pagando de la peor manera

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