“No era una alternativa terapéutica en sí”

“En un momento en que los tratamientos disponibles para el HIV permiten vivir con la enfermedad, y en la mayoría de los casos no exigen más que tomar una pastilla al día, pensar en un trasplante de médula como alternativa terapéutica es un disparate. Y no sólo porque los trasplantes resultan complejos y costosos sino además porque conllevan un riesgo de muerte considerable. En este sentido la experiencia de Boston sólo se explica como un intento por estudiar mecanismos que eventualmente podrían derivar en una alternativa terapéutica innovadora, pero no como una opción terapéutica en sí”.