La fatiga crónica, un síndrome femenino

Se estima que este síndrome alcanza a una de cada 200 personas, pero pocas están diagnosticadas y tratadas.

Se sienten afectadas como por un estado gripal permanente, les cuesta levantarse y hasta sufren, cada tanto, episodios de desorientación o el olvido de cosas aprendidas en la infancia. Así viven las personas afectadas por fatiga crónica, una enfermedad infrecuente y difícil de diagnosticar, que hace que - aunque existen terapias para tratarla - muchos de los afectados no reciban tratamiento alguno.

Uno de los datos salientes de esta enfermedad en el país es que la mayoría de las afectadas son mujeres: se estima que nueve de cada diez de las personas que la sufren son del sexo femenino.

El nombre científico de la enfermedad es encefalitis miálgica, no se manifiesta en los estudios clínicos, tiene múltiples síntomas y no es reconocida por muchas obras sociales por lo que hay algunos pacientes que encuentran grandes dificultades para obtener certificados médicos, coberturas de la obra social y días de reposo laboral.

Dentro del drama que sufren los afectados, uno de los elementos más complicados de manejar es que, al ser difícil de diagnosticar y tener una sintomatología muy amplia, muchas personas tropiezan con un problema inesperado: no les creen que están enfermas, ni siquiera que se sientan mal. Y se atribuye su actitud al desgano.

Lo que sucede, explican los especialistas, es que la enfermedad alterna períodos de normalidad con otros en los que se repiten los episodios que impiden al paciente llevar una vida normal.

Por lo general el rendimiento de los afectados se reduce en un 50% con la aparición de la enfermedad

 

Lo primero que el afectado ve deteriorarse es su vida social: suspenden planes por falta de energía. Pero muchas veces en los ámbitos donde se mueve cuando el problema es reiterado, se interpreta como una excusa.

Pero lejos de tratarse de ese problema solo, la patología va comprometiendo paulatinamente lo neurológico, lo inmunológico, lo cardiovascular y lo endocrinológico.

Según destaca Manuel Suárez Richards, psiquiatra platense, profesor consultor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata y coordinador de Educación Superior de la Asociación Psiquiátrica Argentina, “los casos de esta enfermedad en los consultorios son muy poco habituales.

Como se desconoce la causa del sindrome lo que se hace es tratar los síntomas muchos pacientes logran recuperar, en parte, la normalidad en la vida cotidiana”.

Según el especialista, diagnosticar esta enfermedad es muy difícil, porque a veces se la confunde con la fibromialgia o incluso con la depresión mayor, con la que comparte algunos de los síntomas. Además, la presencia de síntomas inespecíficos suma complicaciones al diagnóstico.

Entre los síntomas que suelen llevar a los pacientes a los consultorios, uno de los más frecuentes es la dificultad para reponerse después de hacer cualquier esfuerzo físico, dice Suárez Richards.

A ese síntoma se suelen sumar los dolores musculares y articulares, los trastornos del sueño y trastornos cognitivos como los problemas de memoria.

“Por lo general el rendimiento de los afectados se reduce en un 50% con la aparición de la enfermedad, cuyas causas todavía se investigan. Algunos la atribuyen a problemas genéticos. Otros a la presencia de algún virus”, dice el psiquiatra platense.

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