La “porno venganza”, una modalidad que crece y preocupa

Se trata de un escrache virtual al que recurren algunos despechados para humillar a sus ex

Días después de haber terminado su noviazgo, Roxana R. se enteró por un familiar que en internet circulaban fotos de ella en la intimidad. Su número de teléfono y una oferta de servicios sexuales acompañaban a las imágenes. El responsable fue su ex, que de esta manera pretendió vengarse.

Este no es un hecho aislado: los casos en este sentido fueron aumentando en los últimos años. La particularidad de lo que le pasó a Roxana reside en que -tras su denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica y la intervención de la Corte Suprema de Justicia- cobró notoriedad mediática. En otras oportunidades, situaciones similares quedaron en la nada.

De la mano con la rápida expansión de internet y de las redes sociales, las represalias por despecho y la violencia de género adquirieron su versión on line.

Con la expansión de internet y las redes sociales, las represalias por despecho adquirieron su versión online

Según un informe publicado por la Comisión de Banda Ancha de las Naciones Unidas, casi tres cuartas partes de las usuarias de internet han estado expuestas a alguna forma de violencia cibernética. Por eso, desde el organismo instan a los gobiernos y a la industria a trabajar más duro y más eficazmente para proteger mejor al creciente número de mujeres y niñas que son víctimas de amenazas y acoso online.

A esta forma de violencia en la que el agresor comparte en internet (sin el consentimiento de la otra parte) fotos o videos que muestran a la víctima en situaciones sexuales o desnuda se la llama “porno venganza”. Es un forma de escrache digital que se usa para humillar a ex parejas.

Aunque los hombres también pueden ser víctimas de esta forma de agravio, con mayor frecuencia se utiliza contra las mujeres. Acaso porque suelen ser quienes padecen más este tipo de exposición.

De hecho, actualmente existen varias páginas web destinadas exclusivamente a la “porno venganza”. Y la mayoría de los escraches van dirigidos a mujeres.

“Son situaciones de violencia de género, además de un atentando a la privacidad, entre otras cosas. Es una agresión muy grave que busca lastimar psicológica y socialmente”, dice Mabel Bianco, presidenta de FEIM (Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer), y agrega: “Demuestra una gran crueldad y es comparable a fuertes golpizas e incluso a heridas con arma blanca. Quien hace esto probablemente sea capaz de herir físicamente e incluso de matar”.

Debido al rápido crecimiento de internet todavía faltan regulaciones en algunas áreas. Los controles legales siguen siendo un desafío que hasta el momento dejan mucho que desear.

El informe de la Comisión de Banda Ancha de las Naciones Unidas señala que a pesar del creciente número de mujeres que sufren violencia online, sólo el 26 por ciento de los 86 países encuestados están tomando las medidas adecuadas para solucionar esta problemática.

“En Argentina, desde el punto de vista penal no hay delito. En el orden civil sí porque se trata de un daño a la intimidad de la otra persona. La sanción implicaría un resarcimiento económico”, explica el abogado especialista en delitos informáticos Raúl Martínez Fazzalari, y agrega: “La dificultad es probar que no hubo autorización de la víctima para publicar y que fue el otro quien difundió esas imágenes” .

Como respuesta al alarmante crecimiento de esta modalidad de agravio, gobiernos de distintos países y compañías de internet se unieron para frenarlo. Y en algunos estados ya existen regulaciones específicas sobre éstos temas.

En este sentido, en Arizona, EE.UU, está prohibo por ley que una persona divulgue fotos o videos de otro en estado de desnudez o con contenido sexual sin su consentimiento. También el parlamento australiano busca tipificar como delito penal la “porno venganza”.

Tanto la empresa Microsoft como Google anunciaron que se sumarían a los esfuerzos para frenar este tipo de agresión ayudando a las víctimas a sacar de la red las imágenes que fueron difundidas sin su consentimiento.

“Cuando alguien comparte a través de internet imágenes íntimas de otra persona sin su consentimiento, los efectos pueden ser devastadores”, posteó la directora de la Oficina de Seguridad online de Microsoft, Jacqueline Beauchere, en el blog de la empresa. Y agregó: “Desafortunadamente la porno venganza está incrementándose en todo el mundo, y puede dañar realmente todos los aspectos de la vida de la víctima: sus relaciones, su carrera, sus actividades sociales. En los casos más trágicos puede conducir incluso al suicidio”.

La realidad es que en Argentina todavía resulta muy difícil retirar contenido de internet porque no existen regulaciones específicas sobre esta problemática.

“Es sumamente complicado cortar la circulación de un material en internet. Aunque exista un compromiso de las empresas, en la práctica se torna muy dificultoso”, señala Fazzalari.

el sexting

La porno-venganza está muy ligada al “sexting”, que es la práctica de mandar por mensajes de texto fotos eróticas o pornográficas. Es una costumbre que nació con el uso de smartphones. Según un estudio de la universidad de Michigan (EE.UU), el “sexting” suele ser recíproco y ocurrir entre parejas que tienen una relación consolidada.

“Es una de las formas en que la tecnología influye en nuestras vidas, en la sexualidad y nuestros comportamientos sexuales”, explicó José Bauermeister, director del Laboratorio de Sexualidad y Salud y coautor del trabajo que se publicó en la revista Journal of Adolescent Health.

Aunque el sexting no sea malo en sí mismo, puede resultar peligroso: generalmente se suelen utilizar estas imágenes para vengarse. Lo mismo ocurre con los videos porno caseros que producen algunas parejas cuando la relación marcha sobre ruedas.

“Muchas veces la venganza también implica el robo de identidad -concluyó- ya que los agresores suelen crear cuentas simulando ser la víctima para publicar el material. Pueden generar un daño muy grande. Hoy uno es lo que google dice que es, y hasta es frecuente que los empleadores googleen a los aspirantes a ocupar un puesto”.

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En Argentina
MABEL BIANCO
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Raúl Martínez Fazzalari
Violencia Doméstica

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