Otro calvario para centenares de jubilados en el banco de 13 y 58

Los convocaron por teléfono para actualizar datos. Muchos ni siquiera debían el trámite

Un mensaje telefónico, masivo y alarmante movilizó ayer a cientos de jubilados que perciben sus haberes en el Banco Industrial de calle 13 porque, según se les informó de manera impersonal, si no actualizaban sus datos biométricos en la entidad, no cobrarían su jubilación. Ante el temor de quedarse sin un centavo, desde las 7 de la mañana un importante número de adultos mayores se agolpó en el banco y, luego de recibir un número de atención, la mayoría sufrió entre 4 y 5 horas de espera. “Una grabación me dijo que tenía que hacer algo que ya hice hace dos meses, fui al banco pero había tanta gente que no me pude quedar y ahora tengo miedo de que el lunes no me paguen”, apuntó Delia, una de las personas que cobra su jubilación en esa sucursal.

Durante toda la mañana la vereda de 13 entre 58 y 59 estuvo atestada de jubilados nerviosos que suplicaban que alguien les explicara la razón por la que habían recibido ese mensaje grabado.

“Me dijeron que iba a tener problemas si no hacía a la brevedad el registro de los datos biométricos, pero yo ya lo hice hace dos meses; hoy pasé 5 horas de espera, en ese ínterin sentí como los jubilados éramos maltratados y cuando llegó mi turno me mandaron de vuelta a casa porque yo ya había hecho el trámite”, señaló Elba Angelis, vecina de La Loma.

Esa fue una queja que se repitió frente la sucursal del Banco Industrial, “llamaron a todo el mundo, nos atemorizaron y ahora nos despachan diciendo que fue un error de sistema, mientras tanto pasamos 5 horas parados”, agregó Donato, un vecino del casco urbano.

Antonia fue otra jubilada que se preocupó por el llamado: “dicen que uno debe presentarse a la brevedad porque si no, no voy a cobrar la jubilación, entonces vine a las 9:30 y me quedé hasta las 13, una vergüenza que en el medio nadie explique nada” . Mientras algunos jubilados pugnaban por cumplir con el requisito de dejar asentada sus huellas dactilares, la fila de otros por cobrar llegó a las dos cuadras y media, según contó una jubilada.

“Pasé 5 horas de espera, en ese ínterin sentí como los jubilados éramos maltratados y cuando llegó mi turno me mandaron de vuelta a casa porque yo ya había hecho el trámite”

“Hoy tuve que sufrir un plantón para que me registraran y el lunes que viene tengo que volver y hacer una fila como esa para cobrar”, protestó la mujer y calificó la situación vivida como “insoportable”.

Es que las largas filas al rayo del sol y las caras de cansancio fueron una postal del hartazgo de los jubilados por la imprecisión con la que recibieron el mensaje de “actualizar los datos biométricos”, tras un pedido del ANSES.

“Las personas mayores no pueden estar con 30 grados de temperatura esperando en la calle”, se quejó la hija de una jubilada que aguardaba su turno.

De acuerdo al relato de uno de los presentes, “nos citaron a todos para ver el tema de los datos biométricos, pero ahora nadie sabe nada”.

En medio de la muchedumbre, arreciaban las quejas contra la sucursal que “siempre nos trae problemas cuando cobramos los haberes”.

“Nos tienen como rehenes”, reclamó una mujer.

IMPREVISION Y NEGLIGENCIA

Según consignó la gerontóloga Virginia Viguera días atrás “que los mayores deban hacer colas parados o sentados durante más de 20 minutos forma parte de lo que conocemos como maltrato”.

La profesional apunto que por imprevisión, desconocimiento, negligencia, es un tema de urgente atención. “Los mayores no deben hacer colas para nada, ni para cobrar, ni para comprar, ni para hacer tramites” y agregó que los años causan efectos en la columna, las piernas, las rodillas, la circulación, la presión arterial y muchas otras cosas que es necesario cuidar.

También consideró que ese tipo de situaciones atentan contra la dignidad del mayor, que es uno de los derechos a tener en cuenta y entre las complicaciones que deben sortear los adultos mayores consignó, la falta de baños en muchos bancos y los accesos por escaleras.

“De ninguna manera son inocuas esas horas ni la angustia que se siente junto a una sensación de indefensión , que perjudica su autoestima y atenta contra su salud no solo física sino también mental”, concluyó la profesional.

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