Un paso esencial para el avance de la nueva planta de tratamiento de residuos

La instalación del obrador como primer paso de la construcción de la nueva planta de tratamiento de residuos que, antes de 2017, deberá recibir la basura generada en la Región, constituye un dato concreto y trascendente, en un proceso que, sin embargo, vino signado por inconcebibles demoras. Como se sabe, desde hace ya mucho tiempo la planta de Punta Lara, habilitada hace más de tres décadas, se encuentra saturada en su capacidad.

Tal como informó este diario, voceros de la Ceamse aseguraron que está todo listo para que en días más se comience a construir la nueva planta de tratamiento mecánico-biológico, luego de que las partes firmaran el contrato para ejecutar esa obra. Sin embargo, los antecedentes sumados y, en especial, los reiterados reclamos de vecinos e instituciones por las permanentes postergaciones, obligan a no bajar las expectativas y a confiar que, en esta oportunidad, se concrete la finalización del emprendimiento.

La nueva planta TMB funcionará al lado del Aeroclub La Plata, y será de tratamiento mecánico-biológica para unas 800 toneladas por día, en función de las necesidades de la Región. Se indicó que contará con un sistema mecánico para separar los residuos orgánicos e inorgánicos; uno manual para papel, plástico y cartón, y electromagnético para los materiales ferrosos.

En cuanto al material “rechazado”, es decir no reutilizable, será sometido a las denominadas maniobras de disecado, inertización, enfardado y posterior envoltura para recuperación de canteras existentes. Como se sabe, en nuestra zona existen más de treinta canteras que originan múltiples problemas de tipo ambiental.

Todo indica, entonces, que luego de muchos años en los que, a pesar de que existía un fallo de la Suprema Corte que ordenaba el cierre del relleno sanitario de Punta Lara, existen ahora posibilidades ciertas de que pueda resolverse el grave problema de la disposición final de los residuos en nuestra zona.

Merecen mención, por cierto, los vecinos y entidades ambientalistas que vienen siguiendo de cerca el tratamiento de los residuos de la Región y pelean, desde hace años, por el cierre definitivo de la planta de enterramiento de Ensenada. Ellos fueron los primeros en arremeter contra las demoras que se sucedieron. Ellos fueron, también, quienes llevaron sus planteos a la Suprema Corte de Justicia. Asimismo, formularon diversas gestiones ante la Defensoría del Pueblo bonaerense ante el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, el área del Ejecutivo provincial a cargo del proyecto de reconversión del esquema de tratamiento de la basura de la Región.

Como se sabe, son unas 800 las toneladas diarias de basura domiciliaria que produce la región Capital, es decir, La Plata, Berisso, Ensenada, Brandsen, Magdalena y Punta Indio. Esa carga se deposita hasta ahora en el predio de Punta Lara, que literalmente “no da más” pues su capacidad se encuentra desbordada.

No debiera ser necesario instar a las autoridades responsables a velar por la continuidad de los trabajo hasta garantizar la entrada en funcionamiento del nuevo predio, que incorporará a las propias del enterramiento sanitario las ventajas del reciclado. La crítica situación que hoy se vive en la Región en lo que se refiere a la recolección y disposición final de los residuos -más allá de problemas de naturaleza gremial o laboral, que son circunstanciales- registrará, ciertamente, una mejora sustancial cuando se habilite la nueva planta.