DiCaprio, el rey del mundo

No se hicieron los osos: tras cuatro nominaciones y ninguna flor, Leonardo DiCaprio consiguió su postergado Premio de la Academia, mientras que “El Renacido”, la cinta de Iñárritu que Leo protagoniza y ganadora de tres premios en total, se quedó contra todo pronóstico sin la estatuilla principal de la noche: “En primera plana” (“Spotlight”) dio la gran sorpresa de la noche al ser elegida como mejor película.

DiCaprio, tres veces ganador del Globo de Oro, estuvo nominado en el pasado por su rol en “El lobo de Wall Street”, “Diamante de sangre”, “El aviador” y “A quién ama Gilbert Grape”, pero recién en la ceremonia de los 88º Premios de la Academia celebrados anoche en el Teatro Dolby de Los Angeles pudo romper la racha, entrar en el selecto grupo de ganadores de Premios Oscar y gritar como su personaje de “Titanic”, Jack Dawson: “¡Soy el rey del mundo!” (aunque en su lugar, dio un discurso correcto y aprovechó el púlpito para hablar de su pasión: la ecología: “No demos por sentado el planeta”, cerró).

GRANDES SORPRESAS

En la noche en que Sylvester Stallone no pudo ganar el premio en la reñida categoría actor de reparto (fue para Mark Rylance), una de las sorpresas de la noche la dio “Mad Max: Furia en la carretera”, que arrasó en los premios técnicos y cerró la noche con seis premios, convirtiéndose en la más ganadora de la temporada, por encima de “En primera plana”, la película de Tom McCarthy que partía como la segunda favorita pero que parecía que se iba a quedar sin nada mientras avanzaba la noche. La cinta, finalmente, terminaría dando el batacazo de la jornada y ganando el Oscar a mejor película.

Durante la velada, en tanto, la “minoría” de los latinos dijo “presente”, como es tendencia creciente en Hollywood. Aunque la colombiana “El abrazo de la serpiente” no pudo ganar como mejor película extranjera, Iñárritu ganó en dirección, Emmanuel Lubezki ganó su tercer Oscar por la fotografía en “El Renacido”, el primer premio de la noche para la cinta del mexicano Alejandro González Iñárritu, y el corto animado chileno “Historia de un Oso” ganó su categoría.

ceremonia sin brillo

A las 22.30 comenzaron los 88º Premios de la Academia en el Teatro Dolby de Los Angeles, una gala demasiado sobria, sumamente deslucida y sin sorpresas, dominada por la polémica por la falta de diversidad entre los actores nominados.

El conductor, Chris Rock, sobresalió por su soltura e incorrección de los poco entretenidos Oscars de este año y, lejos de esquivar la cuestión de la diversidad, atacó durante cada segundo en pantalla el tema del racismo en Hollywood. Se esperaba que el comediante negro se refiriera al problema de los “Oscars tan blancos”, pero Rock no solo comentó el tema: dedicó cada sketch y todo el monólogo inicial a la problemática, dando comienzo tras la presentación a “los premios a la gente blanca”, y opinando que “si nominaran al conductor no me hubieran dado el papel”.

Pero también se rió respecto a la álgida polémica que rodeó estos Premios de la Academia: “Si quieren nominados, pongan categorías negras. Piensenlo bien: tampoco hay razón real para que haya una categoría femenina y una masculina, no hay por qué separarlos, esto no es atletismo. Robert De Niro nunca dijo ‘voy a tener que actuar más lento para que Meryl Streep me alcance’”, disparó Rock despertando risas incómodas con su monólogo, y aceptó que “claro que Hollywood es racista. Pero las cosas están cambiando: este año tenemos un Rocky negro”.

“No se trata de boicots, queremos oportunidades. Queremos que los actores negros tengan opotunidades, de eso se trata. Leo DiCaprio tiene papeles fenomenales cada año”, cerró el comediante su indignado monólogo inicial, marcando el tono que presidiría la noche.