Comer sano en invierno, clave para no engordar
| 2 de Mayo de 2016 | 01:02

Con los fríos del invierno, que ya se adelantaron en este otoño, es común que se consuman comidas más calóricas y, por lo tanto, la posibilidad de engordar un poco. Sin embargo, es posible evitarlo y, para ello, los nutricionistas recomiendan controlar la calidad de los alimentos y los ingredientes de los platos, y no obsesionarse con las calorías sino prestar atención al valor nutricional de los productos que comemos.
“Llevar una alimentación saludable en invierno es posible si se controla la calidad de los alimentos y los ingredientes de los platos, por ejemplo, consumiendo vegetales en cada comida”, señaló María Florencia Roa, integrante del equipo de Nutrición de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
La especialista señaló que incorporar vegetales no implica pensar en ensaladas frías o en la típica de lechuga y tomate, sino que se puede hacer una variedad de comidas calientes nutritivas y sabrosas.
“Se pueden acompañar los vegetales con carnes o hidratos de carbono, y cuando hablamos de carnes no se debe pensar sólo en las rojas, sino también en incluir el pollo, el pescado, el cerdo o cualquier otro tipo de animal”, remarcó y sugirió elegir dentro de los hidratos arroz integral, legumbres -como arvejas, lentejas, garbanzos o porotos-, pastas y papas.
Para comer sano en invierno también se debe quitar siempre la grasa visible y la piel a las carnes antes de cocinarlas, así como evitar las cremas, embutidos y los postres muy calóricos.
La nutricionista Julieta Lupardo coincidió y agregó que para poder mantener el peso en esa época del año es fundamental hacer actividad física.
“Además de llevar adelante una alimentación adecuada y de buena calidad se debe hacer ejercicio, ya que el organismo necesita de muchos nutrientes para funcionar y mantener la temperatura corporal cuando hace más frío”, señaló.
Lupardo advirtió que si bien con las bajas temperaturas la ingesta calórica aumenta, “no hay necesidad de que se vea relacionada con un aumento de peso”.
“Es necesario el aporte de hidratos de carbono complejos, proteínas, grasas de buena calidad, fibra y una adecuada hidratación, y para eso hay que realizar las cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y agregar colaciones como un caldo de verduras casero o infusiones para dar saciedad y aumentar la temperatura corporal”, afirmó.
En cuanto a las calorías, ambas especialistas coincidieron en que no es necesario contarlas, sino que por el contrario “ese hábito puede resultar peligroso, porque hay personas que tienden a obsesionarse”.
“Lo mejor es llevar una alimentación variada y equilibrada prestando atención al valor nutricional de los alimentos que consumimos y no tanto a las calorías, es decir, poner el foco en aquellos nutrientes que son beneficiosos para la salud”, apuntó Roa.
Por ejemplo, en el caso de las grasas, “que no deben eliminarse de la dieta”, se debe elegir “aquellas ricas en ácidos grasos mono y poli insaturados por sus beneficios para la salud cardiovascular”, señaló la especialista, que precisó que se encuentran en el aceite de oliva, canola o girasol, frutos secos, palta o pescados de mar.
“De todos modos es importante recordar que todo plan nutricional depende de cada paciente, ya que cada uno cuenta con características personales y deberá cuidar más uno u otro nutriente”, enfatizó.
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