Di Monte: el obispo del monasterio

Vivió hasta su fallecimiento, hace menos de dos meses, en la sede religiosa en la que fue detenido el ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo con nueve millones de dólares que no puede explicar. Tuvo un vínculo estrecho y especial con Julio De Vido y con el matrimonio Kirchner. Distanciado de Bergoglio, se había retirado en el 2007

A las pocas horas de la increíble detención de José López en el monasterio de general Rodríguez, muchos empezaron a buscar un nombre en el archivo: quién fue monseñor Rubén Di Monte. ¿Por qué aparecía en medio de la increíble trama de las valijas millonarias? Porque Di Monte había vivido en ese monasterio hasta su muerte, ocurrida en abril de este mismo año. Y su relación con Julio De Vido y con el propio López no era un secreto para nadie.

Di Monte condujo la estratégica arquidiócesis de Mercedes-Luján hasta fines de 2007. Desde su retiro hasta su muerte, el 18 de abril pasado, a los 84 años, Di Monte vivió en ese monasterio al que López acudió con la intención de esconder 9 millones de dólares, joyas y relojes cuyo origen no ha podido explicar.

El primer decreto que firmó Néstor Kirchner fue el llamado a licitación para restaurar la Basílica de Luján, que en ese momento estaba bajo la órbita de monseñor Di Monte

La relación del obispo con el kirchnerismo empezó a forjarse apenas iniciado ese ciclo político en el 20013. La primera obra pública licitada por el gobierno de Néstor Kirchner fue la restauración integral de la Basílica de Luján, bajo la órbita de Di Monte. Los ejecutores eran De Vido y López. La obra se desarrolló en tres etapas, en un período de diez años, con un presupuesto acumulado de $70 millones.

Ahora, en medio de la tormenta, el actual arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, dejó en claro que el Arzobispado nunca manejó el dinero concedido para la restauración de la basílica. “Es monumento histórico nacional desde 1997 y la obra fue realizada por el ministerio de De Vido y las empresas contratistas”, aclaró una fuente cercana al arzobispo.

El monasterio de las Monjas Misioneras Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario de Fátima -allanado ahora una y otra vez- fue creado por el propio Di Monte bajo su misión pastoral.

Según varios testimonios, una vez retirado Di Monte mantuvo su amistad con De Vido y López, con quienes compartía algún encuentro e incluso asados. Es recordada la frase con que recibió a Néstor y Cristina Kirchner en un acto realizado en una plaza de Mercedes: “Nadie hizo tanto como usted”.

Di Monte fue presidente de Cáritas y secretario ejecutivo del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam). En noviembre de 2014 celebró con una misa sus 60 años de sacerdote y López, que aún era funcionario kirchnerista, estuvo en la ceremonia.

Identificado con el sector conservador de la Iglesia, que mantenía fluidas conexiones con el kirchnerismo, había reemplazado en la arquidiócesis a Emilio Ogñénovich y entre 2003 y 2006 tuvo como obispo auxiliar a monseñor Oscar Sarlinga.

Sarlinga fue nombrado después obispo de Zárate-Campana y tuvo que renunciar en medio de un escándalo en diciembre de 2015, luego de que el papa Francisco enviara una “intervención administrativa” por manejos económicos irregulares.

Los expertos en temas eclesiásticos aseguran que Di Monte nunca tuvo una buena relación con Bergoglio. “Representaban posiciones, estilos y perfiles muy diferentes”, aseguran.

El periodista Sergio Rubin, por ejemplo, cuenta que Bergoglio intervino activamente para que Di Monte fuera reemplazado por Radrizzani. Y que nunca vio con buenos ojos la proximidad de Di Monte con los factores de poder.

Al ex arzobispo de Mercedes-Luján le atribuían una gran capacidad para gestionar y administrar recursos. “Era un hacedor, un gran ejecutor, y quizá no reparaba demasiado en las formas para obtener donaciones”, dicen algunos referentes en temas eclesiásticos.

Di Monte había tenido un trato muy cercano con el ex presidente Carlos Menem durante los ‘90 y construyó -como se dijo- un vínculo muy estrecho con el matrimonio Kirchner durante sus gobiernos.

Cuando estaba distanciada de Jorge Bergoglio, Cristina Kirchner trasladó en varias oportunidades la celebración del tradicional Tedeum del 25 de Mayo al santuario de Luján.

La relación de Di Monte con De Vido trascendió lo protocolar. Fue una suerte de “guía espiritual” para el ex ministro, quien se acercó mucho a él junto a su esposa, Sandra Minniccelli, a partir de una tragedia familiar.

“Es un hombre que fue para mí un guía espiritual, un apoyo durante la gestión y nos marca un camino más allá de la fe. Incursiona en cuestiones terrenales y nos da fuerza fuerzas a los que hacemos política para seguir avanzado en los temas que benefician a la gente”, decía De Vido al celebrar los 60 años de sacerdocio de Di Monte.

Más allá de cualquier controversia, Di Monte se había convertido, en los últimos años, en un hombre ensimismado, casi aislado dentro de ese convento que hoy aparece rodeado de misterios y sospechas.

Di Monte representaba posiciones muy conservadoras dentro de la Iglesia. Forjó un vínculo sólido con Néstor y Cristina Kirchner a partir de su llegada al poder

¿Conocía algo de lo que ahora se investiga? ¿Fue engañado? ¿Se aprovechó su muerte para usurpar de alguna forma el monasterio? ¿Ya habían ido a ese lugar bolsos con plata sucia? Son preguntas que por ahora no tienen respuestas. Muchas de ellas, inclusive, nunca podrán ser respondidas.

Di Monte había nacido en Luján. Allí forjó toda su carrera pastoral. Estudió en Roma. Era un teólogo de reconocida solvencia intelectual. También fue un hombre de poder. Su figura ha vuelto al primer plano cuando ya no puede explicar nada. Es parte de una trama increíble.

Agustín Radrizzani
Cristina Kirchner
De Vido
Di Monte
José López
Julio De Vido
Monjas Misioneras Orantes
Néstor Kirchner
Nuestra Señora
Rubén Di Monte

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE