Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
El Mundo |UNA VIDA RODEADA DE MISTERIOS Y VIOLENCIA

Murió el máximo capo de la mafia siciliana

Apodado “el Tractor”, Bernardo Provenzano fue jefe supremo de la Cosa Nostra. Estaba detenido desde 2006

Murió el máximo capo de la mafia siciliana

Bernardo Provenzano, al ser capturado en 2006 en Palermo, Sicilia, luego de 30 años en la clandestinidad

14 de Julio de 2016 | 02:58

Bernardo Provenzano, apodado “el Tractor”, que fue el jefe supremo de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, murió ayer en prisión a los 83 años tras una vida rodeada de misterios, acoso y violencia. El antiguo jefe criminal se encontraba internado en el hospital de San Paolo en Milán (norte de Italia), donde era tratado por un cáncer diagnosticado hacía varios años. Su apodo de “Tractor” se debía a su firmeza en el rumbo de su carrera delictiva, que empezó como sicario.

Provenzano fue detenido en 2006 tras pasar más de 30 años en la clandestinidad. Encarcelado desde entonces en un régimen de alta seguridad tras varias condenas a perpetuidad, el jefe mafioso ingresó en el hospital en abril de 2014. Nacido en 1933 en Corleone (Sicilia), bastión histórico de la Cosa Nostra, Provenzano ascendió poco a poco en los escalones de la mafia hasta llegar a su “cumbre”. En la clandestinidad desde principios de los años 1970, participó en las decisiones más importantes de la cúpula mafiosa como mano derecha de Toto Riina, el jefe histórico arrestado en 1993, al que reemplazó desde entonces. Ambos eran Corleones, es decir, miembros del clan que dirigió la mafia siciliana con mano dura durante más de dos décadas. Considerado el último representante de la ‘aristocracia’ mafiosa insular, desde la clandestinidad ordenó ejecutar varios asesinatos.

Traicionado por sus célebres “pizzini”, los pequeños papeles donde escribía a máquina sus órdenes a toda Sicilia, Provenzano tenía una gran red de colaboradores leales que le garantizó una cama limpia y comida caliente en cualquier rincón de la isla durante todo ese tiempo.

Su aspecto era desconocido para la mayoría de los italianos. Empezó como simple soldado del temido Luciano Liggio, el capo indiscutible del Clan de los Corleones en los años 1960, un criminal legendario que inspiró la novela de Mario Puzzo “El Padrino” y luego los míticos filmes de Francis Ford Coppola. “Binnu’ u tratturi” (“Benito, el Tractor”) fue detenido en abril de 2006 en una casa abandonada de las afueras de Corleone. En ese momento estaba desarmado pese a haber sido un eximio tirador.

Provenzano manejó con mano dura un ejército de ‘mandaderos’ obedientes y no utilizaba teléfono ni computadora ni nada que la policía pudiera descubrir con medios técnicos. Cuando lo capturaron, en su escondite hallaron cinco Biblias manoseadas, con anotaciones y subrayados. Una de ellas estaba abierta en el Evangelio de San Lucas, capítulo 6 versículo 44-46. Junto a su cama estaba el retrato del Padre Pío, el santo venerado por los italianos por sus estigmas, un rosario de madera y varias imágenes de Cristo y de vírgenes. En aquella época, Provenzano se reunía todas las semanas con un cura para confesarse y hablar de religión, y vivía como un humilde campesino. Pero en sus últimos años “en actividad”, la policía le había incautado unos 6.000 millones de euros fruto de su meticulosa labor.

Mientras estuvo prófugo, el reputado “capo dei capi” (jefe de jefes) fue condenado “en ausencia” por más de una decena de asesinatos, así como por formar parte del grupo de capos de la mafia que ordenó las explosiones de 1992 que, en ataques separados, mataron a dos importantes investigadores antimafia de Sicilia, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. También fue condenado como autor intelectual de las explosiones de 1993 en Roma, Milán y Florencia, entre ellas un atentado cerca de la galería de arte Uffizi, y por haber mandado a matar al general Carlo Alberto Dalla Chiesa, de la fuerza de Carabineros, en Palermo en 1982. El gobierno envió a Dalla Chiesa a la capital siciliana para liderar la guerra del Estado contra la mafia. Provenzano fue delatado no por un informante ni por un mafioso rival, sino por la lavandería. La policía rastreó una bolsa de ropa hasta una granja en las afueras de Corleone, donde lo detuvo.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla