“Trajo frescura a la Iglesia”, dijo Benedicto XVI sobre Francisco
| 9 de Septiembre de 2016 | 03:05

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa emérito Benedicto XVI aseguró que nadie lo chantajeó para que renunciara al pontificado en el libro entrevista ‘Últimas conversaciones’, un trabajo en colaboración con ‘Il Corriere della Sera’ que hoy sale a la venta. En el texto, Ratzinger señala que no se retiró bajo presión y que no habría permitido una circunstancia semejante sino que, al contrario, tomó la decisión con un estado de ánimo pacífico.
Además, revela que fue en América donde escribió el texto de su renuncia. Sobre Francisco, admite que su elección fue “una gran sorpresa” y que no la esperaba, aunque cuando vio la forma en que habló ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro se sintió “feliz y muy satisfecho”. “Francisco trajo nueva frescura a la Iglesia, demuestra que está viva y dinámica”, destaca.
Ratzinger también reconoce que su fuerte no es la reforma práctica, que sí es la de Jorge Bergoglio. En este sentido, identifica como debilidad esa dificultad en tomar decisiones porque se considera, según señala, más un profesor que reflexiona sobre temas espirituales. “El gobierno práctico no es mi punto fuerte y esto es sin duda una debilidad”, confiesa al tiempo que precisa que no ve su renuncia como un fracaso.
Así, señala que cumplió con su misión durante ocho años, en los que hubo momentos difíciles, y rememora polémicas como la que provocó el obispo británico Richard Williamson, quien en 2009 negó el Holocausto judío y la existencia de las cámaras de gas, lo que puso en pie de guerra a la comunidad judía internacional. Ese mismo año, Benedicto XVI levantó la excomunión que pesaba sobre Williamson desde 1988, sin conocer su postura negacionista, una acción que causó notable revuelo internacional. El obispo había sido excomulgado por Juan Pablo II, después de ser ordenado por Marcel Lefebvre (el más destacado representante del tradicionalismo católico) sin mandato pontificio.
Benedicto también revive los escándalos de pedofilia, de cuya existencia era consciente (días antes de ser elegido Papa denunció la “suciedad” y la “soberbia” de “los que por su sacerdocio deberían estar entregados al Redentor”), aunque nunca pensó que pudieran ser tantos. O menciona a Vatileaks, el escándalo sobre la divulgación de la correspondencia privada de Ratzinger en 2010. Pero además de los momentos arduos, el Papa emérito enumera éxitos como la ruptura de un “lobby gay”, formado por unas “cuatro, quizá cinco personas”, que intentaba influir y tener poder en el Vaticano. Asimismo, resalta que en la Iglesia hubo un movimiento positivo muy grande, lo que quedó demostrado, acota, con la elección de un pontífice latinoamericano.
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