El Lobo consiguió lo que tanto necesitaba: golear y gustar
| 29 de Octubre de 2017 | 15:56

Por NICOLAS LAMBERTI
Mariano Soso mantuvo su idea de juego pero cambió el esquema y logró resultados. El DT, ante la urgencia por la baja de Maxi Coronel, puso una línea de cuatro marcada, un mediocampo con un 5 definido y un enlace para abastecer a dos puntas.
El saldo terminó siendo extremadamente positivo: 4 a 0, con un equipo que tuvo más sentido de la ubicación, aplomo y calma y que sin embargo cuando atacó, pudo hacerlo con superioridad numérica y de forma prolija y agresiva.
Una vez más Brahian Alemán demostró que de frente al arco es otra cosa y que cuando encuentra sociedades puede marcar diferencias. Asi fue que cuando se encontraron con Colazo y Faravelli, más el acople del charrúa Dibble, pudieron gestar el fútbol que se esperaba. Por su parte, Fabián Rinaudo, en su posición natural, fue el encargado de balancear al equipo.
A los 5 minutos la tarde comenzaba a pintar para buena. Tras una linda jugada colectiva, el Lobo rompió esa enemistad que tenía con la red e hizo gritar fuerte al triperío contra el arco del Bosque.
El mencionado Colazo escaló por la izquierda, jugó para Mazzola que, tras un giro excelente, cedió para Faravelli y éste último, teniendo el arco de frente, abrió el pie derecho para servirle el gol a Dibble. El charrúa, sin pararla y con la parte interna del pie, ejecutó a Aguerre que la tocó pero no pudo sacarla.
Pero pasada la media hora, cómodo con el resultado, el equipo le permitió avanzar en el campo al rival y por eso sufrió algún sobresalto. Así fue que Vargas le estampó un pelotazo al palo derecho de Martín Arias y pudo haber empatado.
Sin embargo y a pesar de tener un poco más la pelota en algún pasaje de la primera parte, el visitante no logró inquietar demasiado a la última línea tripera.
El mens sana reaccionó en los últimos minutos y volvió a quitarle el balón a los de Liniers y así volvió a tener algunas ocasiones con disparos desde afuera que no tuvieron buen destino.
SEGUNDO ACTO PERFECTO
Y el inicio del complemento pareció ser un calco al del primer tiempo. Porque el Lobo atacó y fue efectivo en las dos primeras que tuvo.
Al minuto de juego Brahian Alemán hizo una jugada individual impecable y sacó un zurdazo bajo que obligó a Aguerre a dar un rebote largo que capturó Mazzola para mandarla contra las piolas.
Y a los 7, Dibble imitó a su compatriota, porque también gambetó por la izquierda de la defensa velezana aunque tiró el pase atrás para que Faravelli esta vez defina él ingresando por el corazón del área. El Lobo conseguía el 3 a 0 y comenzaba a liquidar el pleito mostrando una marcada suplremacía sobre el rival.
Pero el Lobo tenía mas balas en el cañón para seguir tirándole a Vélez. El movedizo Dibble, de gran partido junto a Faravelli y Alemán, apareció otra vez en acción para habilitar a Colazo y el zurdo definió bajo y cruzado ante la salida del arquero para decretar el 4 a 0.
Después de este tanto, el conjunto mens sana bajó la intensidad y la visita, a partir de algunos cambios, se arrimó contra el arco defendido por Martín Arias aunque sin puntería. La más clara, un bombazo de Romero que dio en el horizontal.
Gimnasia necesitaba ganar así y ante su gente para despejar algunas dudas que comenzaban a tejerse en torno al ciclo que conduce Mariano Soso. El equipo fue efectivo y solido, dos de las cosas que el DT se había propuesto mejorar durante este receso que pareció venirle muy bien. El Lobo goleó y gustó, algo que hacía bastante no sucedía en 60 y 118.
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