Drones versus aviones, un choque que revela peligros en el aire

Edición Impresa

El incidente que el sábado pasado protagonizaron un drone y un avión de Aerolíneas Argentinas que se disponía a aterrizar en el Aeroparque Jorge Newbery, que afortunadamente no desencadenó en un accidente mayor, vino a llamar la atención sobre el vacío legal existente sobre la utilización de estos aparatos voladores.

El episodio ocurrió cuando un drone que se encontraba volando en la zona de la Costanera Norte chocó contra la nariz del avión, aunque este finalmente pudo tocar tierra sin ningún inconveniente ni riesgo para la aeronave.

El avión culminaba el vuelo AR1865 que provenía de Río Gallegos y había hecho escala en Trelew, y cuando realizaba el procedimiento de aproximación a la pista, fue embestido por el drone en la nariz, provocándole daños menores pero suficientes para dejarlo fuera de servicio.

“Afortunadamente el sábado no sucedió nada grave que haya que lamentar, pero estos eventos ponen de manifiesto un problema del sistema y que se va a agravar en la medida que el tránsito aéreo siga creciendo exponencialmente, aún más en zonas con mayor movimiento”, indicó Mariela López, integrante de la Asociación Técnico y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA).

Respecto al incidente del sábado, López agregó que “se trata de algo que se viene denunciando con insistencia. No todos los drones que están operativos cuentan con autorización expresa de la autoridad competente, y ese es otro tema: quién regula”.

Del mismo modo, llamó a “trabajar en la normativa vigente, porque data de 2015 y desde entonces se registraron avances importantes no sólo en materia tecnológica sino también en la operatoria del servicio”.

UN NUEVO CóDIGO AERONÁUTICO

En este marco, ayer comenzó a ser debatido un nuevo Código Aeronáutico que incorpore la tecnología, y en consecuencia la reglamentación del uso de drones junto a la tipificación de los llamados “delitos aeronáuticos”, con vistas a un nuevo proyecto de ley que cambie la normativa vigente desde hace 50 años.

En este nuevo proyecto trabajan representantes del Ministerio de Defensa y de organismos públicos y privados vinculados con el sector aeronáutico.

Este proyecto plantea una nueva reglamentación para el uso de drones, un elemento que viene de la mano de la tecnología y que no estaba presente en el Código Aeronáutico vigente desde 1967.

Pablo Tonelli, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja y autor de un proyecto que espera ser tratado en la cámara el año próximo, señaló al respecto que “el cambio del código es una necesidad, porque en estos 50 años han cambiado muchas cosas de manera sustancial y había en el ambiente aeronáutico un reclamo desde hace tiempo para la actualización.

En el plano internacional, el uso de drones es también un tema de preocupación, ya que los vuelos de estos aparatos están en alza en los Estados Unidos, Europa y China, entre otros países, aumentando los temores por la privacidad y por las posibles colisiones con aeronaves comerciales.

Sin embargo, la posibilidad de crear un registro único (ver aparte), podría enfrentar el rechazo de los usuarios, después de que los aficionados desafiaron con éxito la creación de un registro estadounidense que estuviera a cargo de la Administración Federal de Aviación, caso que ganaron judicialmente.

De todos modos, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), realizará en su sede de Montreal, Canadá, un encuentro donde se analizará el registro y el rastreo de drones, junto con los sistemas de detección geográfica para prevenir su operación en áreas restringidas. Este organismo, que es parte de la ONU, establece normas para la aviación civil internacional que son adoptadas por sus 191 países miembros.

En nuestro país, en tanto, muchas de las normas existentes, directamente no se cumplen, como la dispuesta por la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), que señala que los vehículos aéreos no tripulados denominados drones no pueden ser operados a más de 43 metros de altura, en un espacio aéreo controlado, o dentro de un radio de 5 kilómetros del centro geométrico de la pista de un aeródromo.

 

“ Por suerte el sábado no sucedió nada grave que haya que lamentar”

Mariela López, Integrante de la Asociación Técnico y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA)

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE