“El ánimo cambia, a veces es de tristeza profunda, y en otras creemos que van a volver”

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Marcela Tagliapietra, cuñada del teniente de navío Fernando Ariel Mendoza, uno de los tripulantes del buque desaparecido, dijo que “el ánimo cambia, a veces es de tristeza profunda porque se piensa en lo peor, y a ratos creemos que van a volver, por eso el apoyo de la gente es muy importante”.

También los padres del teniente de navío Fernando Vicente Villarreal se sumaron por la tarde al resto de los familiares reunidos en el Casino de Oficiales, y rescataron las muestras de afecto recibidas desde que comenzó la búsqueda.

“Seguimos con mucha incertidumbre pero tranquilos, esperando que las noticias alentadoras se confirmen, y sentimos el cariño de la gente que se acerca a dejar su mensaje”, dijo María Rosa Belcastro, madre del marino.

A su vez, la madre del submarinista mendocino Fernando Santilli, otro de los 44 tripulantes, contó ayer que la familia está “a la espera de que todo salga bien”.

Santilli, de 34 años y oriundo de Palmira, en el departamento de San Martín -este de la provincia-, que junto al jefe de máquinas, Hernán Rodríguez -de la sureña Alvear-, son los tripulantes mendocinos del ARA San Juan, vive desde hace varios años en Mar del Plata, con su esposa y un bebé de un año.

“Justamente cuando su papá estaba navegando”, el nene “estaba cumpliendo un año”, contó Silvia Sosa, madre del cabo Santilli, mientras llegaba a Retiro y esperaba junto a su marido tomar otro colectivo hacia Mar del Plata, donde se reúnen las familias de los marinos mientras los buscan por mar y aire.

La mujer dijo que para los tripulantes de los submarinos “es normal que cuando salen de ejercicio estén mucho tiempo sin comunicarse con su familia”, pero aclaró que “sí lo hacen todos los días con la base”.

Sosa indicó que su hijo tiene una experiencia de diez años como submarinista y resaltó que es la primera vez que pasan “por algo así”.

Rodríguez, el otro mendocino a bordo del ARA San Juan, de 44 años, es un suboficial mayor con más de 20 años de servicio y se desempeña como jefe de mecánicos del submarino buscado desde hace cinco días.

APOYOS

En tanto, dibujos realizados por chicos, carteles con mensajes de apoyo, banderas argentinas decoradas con el nombre del submarino “ARA San Juan” y hasta una tabla de windsurf intervenida fueron algunas de las muestras de apoyo que turistas y vecinos de Mar del Plata dejaron en la Base Naval en el quinto día de búsqueda de la embarcación.

Los familiares y allegados de los 44 tripulantes que aguardan novedades en el predio naval recibieron también el apoyo de las maestras del jardín que funciona en el lugar y que cuenta entre sus alumnos con las hijas de dos de los marinos embarcados.

Federico James, un joven orfebre marplatense que se acercó pese al frío, explicó que había dedicado 20 horas del fin de semana para intervenir una tabla de windsurf que le regalaron unos guardavidas locales, y que decidió instalarla junto al ingreso a la Base para llamar la atención de quienes pasaban por el lugar.

“Lo hice para que la gente pase y mire, y para que la sociedad tome conciencia de que hay gente que atraviesa un drama muy profundo, no pierde la fe y necesita nuestro apoyo. La idea de esta ofrenda es mostrar que si la llama está prendida la esperanza no se apaga”, dijo James.

Los familiares que llegaron durante toda la jornada al lugar agradecieron este tipo de gestos, que se suman a la contención que puedan darse entre ellos mientras aguardan cada parte en el Casino de Oficiales.

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