El día que Jim Carrey se convirtió en médium
Edición Impresa | 26 de Noviembre de 2017 | 04:58

Era 1999: Jim Carrey era uno de los actores más populares del mundo, tras los éxitos de “La Máscara” y “Tonto y Retonto”, pero su próximo proyecto era un proyecto chico, pasional, que marcaría los siguientes años de Carrey, volcándolo a papeles menos caricaturescos. La película en cuestión era “Man on the moon”, cinta de Milos Forman donde encarnaba a su ídolo, el inusual cómico Andy Kauffman, un trabajo para el cual entregó todo y más, transformándose completamente en el comediante incluso cuando la cámara se apagaba.
“Jim & Andy: The Great Beyond”, documental estrenado en la pantalla de Netflix esta semana, relata aquellos días donde el canadiense se convirtió en Kauffman durante un rodaje que duró cuatro meses. El trabajo de Carrey recibió un Globo de Oro y cambió la percepción que el público tenía de él, pero las más de 100 horas de material audiovisual que el documental utiliza para mostrar el “detrás de escena” confirma un viejo rumor: lo mejor ocurría detrás de escena. Se cuentan las experiencias que vivió el popular actor al interpretar al famoso y polifacético comediante.
El filme, estrenado en el Festival de Toronto y dirigido por Chris Smith, cuenta con el Carrey de hoy reflexionando sobre los paralelismos entre la vida de ambos (Carrey y Kauffman nacieron un 17 de enero, para comenzar) y relatando lo que se convertiría en el viaje espiritual (o el descenso en los infiernos) de su carrera.
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El Carrey de hoy es otro, impactado por aquel rodaje, tras una década de transformación y menos de un año después de sufrir el suicidio de su pareja, quien lo acusó de maltratos en la carta que dejó detrás. El actor apareció en Venecia para mostrar el filme hace algunos meses, y sin bien se mostró jovial, detrás de su rostro parece haber un océano de melancolía y soledad, que deja escapar entre reflexiones metafísicas por momentos incomprensibles y algunos chistes que delatan lo que hay debajo.
“Creo que hay un personaje que ha estado interpretándome toda mi vida, en realidad no soy yo”, dijo entonces Carrey, en modo “más Kauffman” que nunca. “No somos un yo, es una energía, un puñado de ideas sobre herencia y nacionalidad, sobre todas esas cosas que se supone que son un ancla para la existencia, pero en realidad no existes, solo eres ideas”, señaló el intérprete, en una reflexión ante la atónita prensa donde afirmó que con esas ideas se crea “una especie de personalidad” y la fantasía de que se está vivo, “pero al final no eres nada y es un jodido alivio”.
Creencias que parecen estar canalizando las palabras de Kauffman, practicante de budista que jugaba a ser villano misógino y racista porque “no deberíamos tomarnos tan en serio”.
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Enormemente popular en los años setenta y ochenta en Estados Unidos, Kaufman murió en 1984 a los 35 años. En 1999 Milos Forman rodó la película sobre él en la que Carrey se metió tanto en los personajes que se transformó en ellos para desesperación de los que le rodeaban.
“Fue definitivamente otro nivel de compromiso. Tuve un comportamiento psicótico en algunos momentos porque no tenías que escuchar a Jim Carrey, Jim Carrey no existía en aquel momento”, explicó.
Ser Kaufman (y Tony Clifton, un personaje encarnado por el propio Kauffman -en teoría- que por insistencia de Andy debía realizar una aparición semanal en cada una de sus obligaciones laborales, incluida la exitosa serie “Taxi”) fue un hito en la carrera de Carrey, aunque el actor dice que ese no era su objetivo. Cuando comenzaba “quería destrozar Hollywood, no ser una parte de él” y por eso hacía bromas sobre hombres que tenían mucho peso en la industria en aquella época, como Clint Eastwood.
Una forma de eliminar las máscaras que ocultan a las personas, según Carrey: “La mayoría de nosotros llevamos una mascara y cuando alguien es auténtico eso hace mucho más difícil para los demás llevar esa máscara”.
PARA AGENDAR
Qué: “Jim & Andy: The Greay Beyond”
Dónde:Disponible en Netflix
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