“Los pibes se drogan, afanan y vuelven a comprar”

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“Esta clase de cocaína, genera la necesidad de consumir permanentemente y cuando se les acaba el dinero no hay miramiento. Salen y roban ahí nomás. A mí me han querido asaltar pibes que tenía en el club de mi barrio. A uno le compré el cuchillo con el que me amenazó y lo tiré. A ese pibe lo terminan matando o mata a alguien”, dice Pablo Pérez, integrante de la Asamblea vecinal de Tolosa

Según el dirigente vecinal, “Cada `pase`, que equivale a menos de un gramo, se vende por unos 150 pesos, lo que habla ya de por sí de su calidad. Pero los pibes se toman hasta cinco o seis pases por noche. ¿De dónde sacan esos mil mangos? De afanar. Ahí es donde entramos todos los vecinos como víctimas de la inseguridad. Los pibes se drogan, afanan y vuelven a comprar. Es un círculo vicioso que no tiene fin”.

*Integrante de la Asamblea Vecinal de Tolosa

 

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